El Gobierno luso empeora sus previsiones de recesión y de desempleo para 2013

Lisboa, 15 mar.- Portugal afrontará en 2013 una caída de su economía del 2,3 % y el desempleo alcanzará de media el 18,2 %, según las estimaciones oficiales del Gobierno luso, lo que supone un empeoramiento significativo de sus anteriores previsiones.

Así lo anunció hoy el ministro de Finanzas luso, Vítor Gaspar, durante la presentación del séptimo examen de la troika -Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional- al cumplimiento del programa de ajustes acordado a cambio de su rescate financiero.

Los últimos cálculos del Ejecutivo y los organismos internacionales agravan la última estimación del Banco de Portugal sobre la evolución económica del país (-1,9 %) y contrastan con las previsiones iniciales de la troika, que en el momento de negociar el rescate esperaba un crecimiento económico del 0,3 % para este año.

Asimismo, las estimaciones de desempleo para 2013 suponen un aumento de 1,8 puntos porcentuales respecto a las anteriores previsiones de la troika, incremento que es todavía mayor en 2014, cuando la tasa de paro se situará en el 18,5 %, 2,6 puntos más de lo calculado hasta ahora.

Gaspar advirtió hoy de que el desempleo podrá batir incluso un máximo histórico este año y alcanzar un nuevo pico al superar en el último trimestre de este ejercicio el 19 %, "comenzando a disminuir sólo en 2014", aunque lentamente.

Las últimas previsiones del Ejecutivo conservador luso calculan que el paro se situará en 2015 en el 18,1 % y en el 17,5 % en 2016.

El ministro de Finanzas calificó de "muy preocupantes" estos datos sobre el desempleo y recordó que el paro "es una experiencia traumática" y un "flagelo personal y familiar".

Desde mayo de 2011, cuando las autoridades lusas y la troika acordaron un severo programa de ajustes económicos como contrapartida por el rescate financiero de 78.000 millones de euros concedido al país, Portugal ha empeorado sucesivamente sus previsiones de recesión y desempleo.

Precisamente, el agravamiento de la grave crisis económica que atraviesa el país ha llevado a la oposición de izquierdas en bloque a reclamar el fin de las medidas de austeridad, colocando bajo presión al Gobierno luso, de signo conservador.

El descontento también se ha puesto de manifiesto con protestas en la calle como la del pasado 2 de marzo, cuando cientos de miles de personas salieron a la calle por todo el país para solicitar un cambio de rumbo que sitúe el crecimiento económico como principal prioridad.