El Parlamento húngaro vota el Presupuesto para 2012 en un entorno incierto

  • El Parlamento húngaro tiene previsto aprobar hoy el Presupuesto para 2012, basado en un proyecto sujeto a eventuales cambios y presentado por el Gobierno en septiembre, que prevé unos ajustes de unos 2.400 millones de euros y pronostica un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 1,5 por ciento.

Budapest, 29 nov.- El Parlamento húngaro tiene previsto aprobar hoy el Presupuesto para 2012, basado en un proyecto sujeto a eventuales cambios y presentado por el Gobierno en septiembre, que prevé unos ajustes de unos 2.400 millones de euros y pronostica un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 1,5 por ciento.

La prensa económica local señala hoy que dichas cifras estarían aún sujetas a modificaciones, puesto que semanas después de su aprobación por el gabinete conservador de Viktor Orbán, la agencia de evaluación de riesgos Moody's rebajó, el pasado viernes, la calificación de la deuda soberana húngara al nivel de "bono basura".

En el proyecto de ley, la tasa de inflación de Hungría para 2012 se establece en el 4,2 por ciento, mientras que se prevé una reducción de la deuda pública del país hasta el 72 por ciento y un índice de desempleo del 11 por ciento.

Los ajustes se componen de una reducción de gastos estatales en 970 millones de euros, al tiempo que los ingresos crecerían en 1.455 millones de euros, entre otros mediante la adopción de diversas medidas, como un aumento del IVA del 25 al 27 por ciento.

Pero hasta el propio ministro de Economía, György Matolcsy, ha reconocido que el país deberá corregir a la baja sus pronósticos de crecimiento para el próximo año, hasta un uno por ciento.

Debido a la baja tasa de empleo y la debilidad del mercado interior, Moody's revisó a la baja sus pronósticos anteriores de crecimiento para el país centroeuropeo, que eran del 2,7 por ciento para este año y del 2,6 por ciento para 2012, situándolos ahora en el 1,5 y 0,5, respectivamente.

El primer ministro, cuyo partido, el conservador Fidesz, cuenta con una mayoría de dos tercios de los escaños en el Parlamento, no ha tenido más remedio que dar marcha atrás y pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando antes había descartado categóricamente toda negociación con la entidad internacional.

El pasado 21 de noviembre Orbán anunció que iniciará negociaciones con el FMI y la Unión Europea (UE) sobre un préstamo "preventivo", un cambio de rumbo que fue interpretado como un intento de frenar las rebajas de la nota de Hungría por las agencias de calificación de riesgos.

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