París, 4 dic.- Los costos del reactor nuclear de nueva generación EPR que la eléctrica estatal EDF construye en la costa de Normandía (noroeste de Francia) han sido de nuevo revisados ampliamente al alza, con 2.000 millones de euros que se suman a los 6.000 a los que ya había subido la factura en julio de 2011.
Electricité de France (EDF) trató de justificar en un comunicado esta nueva evaluación para el EPR (Reactor Presurizado Europeo) de Flamanville, que supone un presupuesto global superior a los 8.000 millones de euros que dobla con creces los 3.300 millones que se habían comunicado inicialmente en 2005.
La empresa explicó que hacía una quincena de años que no se levantaba un reactor atómico en Francia, que se trata del primero con tecnología de tercera generación y que se han incorporado una serie de adaptaciones al proyecto de partida.
En concreto, se ha modificado el diseño de la caldera, se han tenido que hacer estudios de ingeniería suplementarios, se han integrado nuevas exigencias reglamentarias y las enseñanzas de la catástrofe de Fukushima en Japón.
Además, la empresa admitió que se han producido una serie de "imprevistos industriales" que obligan a alargar el calendario de las obras y agravan el impacto sobre la financiación.
La eléctrica precisó que se ha realizado hasta ahora el 93 % de la obra civil y el 36 % de los montajes electromecánicos, así como el canal de agua para la estación de bombeo a comienzos de noviembre.
El director ejecutivo responsable de la producción y de la ingeniería, Hervé Machenaud, insistió en que "El EPR va a contribuir al aprovisionamiento energético del país y constituye uno de los eslabones indispensables para la continuidad de nuestro saber hacer nuclear" tanto en Francia como para exportar esta tecnología en el extranjero.
Lo cierto es que al dispararse los costos del reactor de Flamanville (que tendrá una potencia de 1.650 megavatios) también lo hace el precio al que producirá la electricidad, que podría superar los 70 euros por megavatio, lo que lo deja en una situación de competitividad comprometida respecto a otras centrales no nucleares.
El eurodiputado ecologista José Bové, consideró que esta re- evaluación del presupuesto es la muestra de que "lo que nos habían anunciado como la gran tecnología" nuclear" de hecho "es una sima financiera", y que los 2.000 millones de euros suplementarios quien realmente los van a pagar son los consumidores de electricidad de Francia en sus facturas
"Es un proyecto que sabemos que no es el futuro", afirmó en declaraciones a la emisora de radio "France Info" Bové, que se quejó de que las autoridades persistan en "inyectar miles de millones" en la energía nuclear.
Francia tiene 58 reactores atómicos en actividad que producen más del 75 % de la electricidad generada en el país. El presidente francés, François Hollande, que ha anunciado el cierre del reactor más antiguo en funcionamiento (Fessenheim) para 2016, tiene como objetivo reducir el peso relativo de la electricidad de origen nuclear al 50 % en el horizonte de 2025.
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