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Las empresas deben aprovechar el talento de la diversidad funcional

De las 663.000 personas activas con discapacidad, quedan 150.000 que buscan un trabajo y no lo encuentran, por lo que estamos en una tasa de paro del 22%, frente al 15% de la población general.

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Las empresas deben aprovechar el talento de la diversidad funcional.
L.I.

La diversidad funcional aporta un nuevo talento a las empresas que éstas no pueden desaprovechar, según advirtieron las dos expertas que participaron en el desayuno organizado por LaInformacion.com sobre 'La diversidad, la equidad y la inclusión como valores en la gestión empresarial'. El encuentro, moderado por Ingrid Gutiérrez, redactora de LaInformacion.com, se celebró online y contó con la intervención de Sonja Uhlmann, responsable de políticas de diversidad de British Council, y María Viver, directora de la Fundación Randstad.

María Viver señaló que "hay que incluir la diversidad funcional en las organizaciones" y facilitar "la integración de las personas con discapacidad", con lo que se conseguirán "empresas mucho más diversas y ricas, así como más atractivas para los jóvenes, que quieren trabajar en compañías que tengan en cuenta y sepan gestionar cada una de las diferencias". Y es que, en opinión de Sonja Uhlmann, "las personas con discapacidad se han sentido por primera vez empoderadas y saben que tienen la capacidad de elegir su futuro". Además, "esta situación no tiene vuelta atrás y va a avanzar aún más en el futuro".

La evolución de la diversidad funcional en el mercado de trabajo español comenzó en 1982, cuando España fue pionera en aprobar una ley de inclusión de las personas con discapacidad (LISMI), que fue modificada posteriormente por la Ley General de Discapacidad (LGD), que recogió toda la regulación existente sobre esta materia. Así, el pasado año se cumplió el 40 aniversario de la primera normativa directamente relacionada con el tema. Desde entonces, como explicó la directora de la Fundación Randstad, se ha producido “una evolución favorable, tanto del conocimiento como de la capacidad de acción de la sociedad y de las empresas a favor de la integración de personas con discapacidad", aunque añadió que "basta recordar algunos datos para comprobar que todavía queda mucho por hacer".

Así, apuntó que en nuestro país la población con alguna discapacidad está en torno a las 3.200.000 personas, de las que unos dos millones se encuentran en edad de trabajar (entre los 16 y 65 años). Pues bien, de ellas están activas tan solo 663.000 personas, lo que supone una tasa del 34%, muy inferior a la de la población general, que es del 73%. "Entre las personas con discapacidad que están activas, la tasa de empleo es del 27%, frente al 62% de la población general, por lo que aún queda un gran recorrido en este aspecto". 

En cuanto a la tasa de paro, "todavía quedan 150.000 personas con discapacidad que buscan un trabajo y que no lo encuentran, por lo que estamos en una tasa de paro del 22%, frente al 15% de la población general". A pesar de todo ello, "la tendencia de futuro es favorable porque las empresas están cada vez más sensibilizadas con el tema y en sus estrategias contemplan la diversidad en todos los sentidos, incluida la funcional, lo que está ayudando a que la situación mejore progresivamente y haya cada vez más gente con discapacidad participando en la sociedad de una manera activa a través de su trabajo".

Vídeo de María Viver

Mayores capacidades

Los últimos datos de Eurostat, de 2018, sitúan a España en la media de la Unión Europea en cuanto a tasa de actividad de personas con discapacidad, pero por debajo en tasa de empleo. Pero el dato más llamativo, según María Viver, es que a nivel europeo el 30% de estas personas están en riesgo de exclusión. Además, el indicador que mide el nivel de asistencia o bienestar social se sitúa de media en el continente en el 24%, mientras que en España se limita al 21%. Por otra parte, "en nuestra fundación hacemos una encuesta y entre las preguntas hay una que dice si están satisfechos con el puesto de trabajo al que han llegado, y ahí la satisfacción baja significativamente". Y es que "las capacidades de estas personas están por encima de las oportunidades de empleo reales que se les dan".

Sonja Uhlmann reconoce que España "ha sido pionera en temas de discapacidad", pero añade que después "nos hemos quedado estancados". Por eso, "tenemos que sentarnos, ver lo que no se ha hecho y coger el liderazgo de nuevo", un objetivo en el que también "deben jugar un papel clave las ONG y todo el tejido asociativo de nuestro país, que es muy potente". Además, "hay que dar respuesta a los nuevos retos y ver qué va a pasar con temas como el envejecimiento de las personas con diversidad funcional; cómo vamos a responder a ello desde la empresa; cómo impactará el trabajo online y los entornos más diversos, etc.

Teletrabajo y ODS

Un hecho que está impulsando aún más la diversidad funcional en las organizaciones es el teletrabajo, acelerado por la pandemia del covid-19, y que está produciendo un cambio de paradigma, según apuntó la responsable de políticas de diversidad de British Council. "Esto ha generado una variación en el tipo de profesionales que van a hacer falta dentro de las empresas y ha tenido también un impacto en las personas con discapacidad funcional, a las que le ha facilitado el acceso al mundo del trabajo". En ese sentido, puso como ejemplo una de las iniciativas desarrolladas en British Council, junto con la ONCE, consistente en la impartición de clases de inglés online para alumnos con discapacidad visual. "Desde esta organización ya nos comentaban antes de la pandemia que la mayor barrera de estas personas para acceder al mundo laboral no era la discapacidad visual, sino la falta de acceso a los idiomas, algo que ahora el aprendizaje online ha ayudado a superar".

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por Naciones Unidas están potenciando también el aprovechamiento de la diversidad funcional, como indica María Viver. "Los ODS constituyen una hoja de ruta para medir el impacto en la sociedad de empresas y organizaciones, y disminuir los riesgos en los ámbitos medioambiental, social y de buen gobierno. En este nuevo paradigma, se establece también el impacto en la comunidad y en los colectivos vulnerables, por lo tanto, también en las personas con discapacidad". Además, entre los objetivos, "se habla de educación de calidad para aminorar las diferencias y dar una buena formación que abra oportunidades a todas las personas, trabajo decente para todos, reducción de las desigualdades, etc.." En este sentido, cada vez son más las empresas que participan en proyectos sociales, como es el caso de Acciona, en colaboración con la Fundación Randstad.

Otro elemento que está impulsando la diversidad funcional es la mentalidad de las nuevas generaciones, "que llegan con otros anhelos, deseos y necesidades", según Sonja Uhlmann. "Son jóvenes que han crecido en entornos inclusivos, que han visto a las personas con discapacidad como a un alumno más en el aula y con el que han jugado en el patio". Además, aspiran a encontrar un trabajo diferente: "ya no se trata de hacer jornadas maratonianas, sino de buscar la satisfacción propia, contribuir a un mundo sostenible y encontrarse con personas diferentes en entornos seguros y protegidos, donde todo el mundo tenga una oportunidad, lo que nos hará crecer como sociedad".

Colaboración público-privada

La colaboración público-privada es fundamental para acelerar aún más la integración en las empresas de personas con discapacidad. La directora de la Fundación Randstad explicó que "la capacidad de acción de las empresas, junto al sector público y las entidades sociales, constituyen un binomio perfecto para solucionar problemas de una manera eficaz; y esto está provocando muchas alianzas". En este sentido, la Fundación Randstad colabora anualmente, además de con las administraciones públicas, con más de 2.000 empresas para desarrollar políticas de diversidad e inclusión, porque “éstas necesitan expertos que les ayuden, por ejemplo, a conocer cómo incorporar personas con discapacidad, qué adaptaciones deben hacer, cómo debe ser el proceso de selección, cómo preparar al equipo de trabajo, cómo llevar a cabo determinados cambios culturales, etc.”

Para Sonja Uhlmann, uno de los sectores que ya ha dado un gran salto en términos de inclusión ha sido el del cine. "Hay películas como ‘Campeones’ que ha marcado un hito o ‘La Sirenita’, de Disney, que han roto barreras. Campeones ha dado un papel protagonista a las personas con diversidad funcional, y hace que veamos a ésta de una manera completamente diferente". Pero las iniciativas proliferan también en otros ámbitos y sectores, como la protagonizada por "Inditex en colaboración con la Fundación Prodis".

En el ámbito de la colaboración público-privada, Uhlmann destacó también la importancia de la neurodiversidad, un ámbito en el que trabajan activamente desde British Council. "Hay muchos alumnos con TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y con dislexia, que terminan la escolaridad y se incorporan al mundo laboral y, entonces, parece que esa neurodiversidad ha desaparecido, pero no es así". Por eso, "es importante tener en cuenta no solo a las personas con una discapacidad diagnosticada, sino también a las que tienen un funcionamiento diferente a nivel neurológico, porque pueden aportar un gran enriquecimiento a las empresas".

Principales barreras

Entre las principales barreras que nos encontramos en la sociedad, María Viver citó "el miedo y la falta de conocimiento" que tiene la gente ante alguien con discapacidad, "sin ahondar en lo que hay detrás de esa persona". Así, explicó que "ésta puede tener una falta de acción en determinadas cosas, pero desarrolla a nivel máximo otra serie de capacidades", que son en las que nos tenemos que centrar. Y animó a empresas y organizaciones a conseguir que "el talento con discapacidad" tenga una oportunidad de entrada en ellas. "No podemos permitirnos el lujo de desperdiciar el muchísimo talento que hay en las personas con discapacidad; y la manera de aprovecharlo es cambiando el enfoque, viendo las capacidades que tienen, analizando su experiencia y conocimiento y dándoles una oportunidad".

Sonja Uhlmann afirmó que es necesario hacer una reflexión profunda sobre lo que está pasando en determinados ámbitos en los que las personas con discapacidad se encuentran con mayores barreras. Se refirió, en concreto, a la inclusión de personas con diversidad funcional en los centros educativos, "que no se está dando igual que en otros entornos". Y, por otra parte, criticó también los prejuicios iniciales de mucha gente ante las personas con discapacidad, "que crean barreras y que pueden influir en procesos de selección".

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