En el norte de Francia, el ascenso de la ultraderecha deja desamparada a la izquierda

  • "Sí, voy a votar al Frente Nacional ¡Para que por fin cambien las cosas!" Romain votó por el socialista François Hollande en la presidencial de 2012, pero lo "lamenta amargamente" y espera la victoria de Marine Le Pen en los comicios regionales del domingo en el norte de Francia.

¿La líder del partido de extrema derecha quedará al frente de la gran región del norte de Francia (Norte-Paso de Calais-Picardía)? Varios sondeos consideran posible esa hipótesis, que deja desamparada a la izquierda, enraizada durante largo tiempo en este territorio forjado por las grandes industrias siderúrgicas, textiles y mineras, hoy desaparecidas.

El gran diario regional La Voix du Nord manifestó su "inquietud" ante esa posibilidad, denunciando los riesgos para la región de 6 millones de habitantes, del tamaño de "un pequeño país europeo" y "naturalmente abierta", de ser gobernada por un partido que aboga por el cierre y que difunde "los fermentos de la división".

También los medios artísticos se declararon preocupados. "El FN no tiene más programa que suprimir toda iniciativa social o humanitaria, son demagogos absolutos", declaró Jean-Claude Casadesus, director de la Orquesta Nacional de Lille, la capital regional.

Pero Marine Le Pen, que mira ya hacia la próxima elección presidencial de 2017, no tiene dudas: "Esta región es llamada a ser la primera línea en el combate por la Nación. La reconquista empieza aquí", afirmó en un mitin organizado esta semana en Lille.

Ante 1.200 partidarios, prometió aplicar "el patriotismo económico en los mercados públicos" y "convertir la región en una de las que tengan menos impuestos de Francia".

Y, después de los atentados de París (130 muertos), la dirigente ultraderechista privilegia los temas de la seguridad y de la inmigración, a los que consagró lo esencial de su discurso. "La barbarie que pudo penetrar" en el país es el fruto de "la política de inmigración demente" del gobierno, sostuvo.

"Los otros nos prometen maravillas, que nunca llegan. El FN no estuvo nunca en el poder. Hay que darle su oportunidad", piensa Romain, de 24 años, encargado de la seguridad contra incendios en un parque industrial, y que dice estar harto de los empleos precarios.

En los locales de ladrillo rojo del gran edificio que domina las líneas de pequeñas casas obreras de Lomme, había en otro tiempo una hilandería industrial, cerrada en 1989.

El parque Euratechnologies, inaugurado en 2009, que alberga start up, semilleros de empresas y centros de formación, es hoy una vitrina del éxito del gobierno regional saliente.

"Es nuestro Silicon Valley", y concentra hoy 3.000 puestos de trabajo, según Roger Vicot, alcalde de Lomme, que hace campaña por el candidato socialista saliente en las regionales, Pierre de Saintignon. "Hoy en la región se crean más empleos que los que se destruyen", afirma.

Pero el pasivo pesa. Uno de cada seis de los 6 millones de habitantes de la región vive por debajo del nivel de pobreza. Los desocupados son el 12,5%, 20% no tienen ningún diploma, la tasa de cáncer en la región es superior a la media.

"Aquí, el Frente Nacional crece en base a la miseria, y sobre los escombros de los partidos de izquierda, que aseguraban una politización de los medios populares", estima Rémi Lefebvre, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Lille.

La decadencia del Partido Comunista, antaño poderoso, remonta a los años 1980-90, y ahora le toca el turno al Partido Socialista. La ciudad de Hénin-Beaumont, situada en la antigua cuenca minera, le fue arrebatada por el Frente Nacional en 2014. En abril de 2015, el PS perdió el consejo departamental del Norte en beneficio de la derecha.

Docente jubilado, Michel Cucheval, miembro del Partido Comunista en Lomme, acusa sobre todo a la alta abstención (estimada en más de 50%) provocada en el electorado de izquierda por la "política de austeridad" del gobierno, que no logra reducir el desempleo.

"Muchos electores socialistas están decepcionados" por el presidente François Hollande, reconoce Roger Vicot.

La izquierda se ve también debilitada por las divisiones entre socialistas, comunistas y ecologistas. Por su parte, la derecha, está unida detrás de la candidatura de Xavier Bertrand, exministro de Nicolas Sarkozy (2007-2012).

Diputado y alcalde de la pequeña ciudad de Saint-Quentin, Xavier Bertrand se sitúa en los sondeos detrás de Marine Le Pen en las intenciones de voto. "Soy el único que puede ganar frente a ella", afirma Bertrand, expresando implícitamente su esperanza de que los socialistas se desistan en su favor en la segunda vuelta.

"Si nos desistimos, no tendremos ediles. Si nos mantenemos, daremos la victoria a Marine Le Pen", resume Philippe Delporte, militante socialista local.

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