En tiempos de crisis, los millonarios venden todo, salvo sus mansiones

  • La crisis inmobiliaria tiene su contrapunto en las mansiones de ensueño, aquellas sólo aptas para bolsillos con más de un millón de dólares en efectivo. Entre otros motivos, porque las grandes fortunas, incluso cuando llegan los malos momentos, intentan mantener a salvo sus lujosos hogares.
Ruth Ugalde

En Las Brias, Mallorca, puede adquirirse una magnífica mansión con panorámicas vistas al mar por la nada despreciable cifra de 14 millones de euros, un pico más de los 12,75 millones necesarios para hacerse con una vivienda de auténtico lujo en la vecina localidad de Deia, o un poco menos de los 18 millones necesarios para hacerse con una especie de palacete en la malagueña urbanización de La Zagaleta

Todas estas mansiones forman parte del catálogo de propiedades que la consultora inmobiliaria Knight Frank pone al alcance de los clientes más elitistas, aquellos que cuentan con un millón de dólares en efectivo, al menos, para invertir. Son los auténticos millonarios, las grandes fortunas que, a pesar de la crisis, pueden presumir de tener un mínimo de seis ceros en su cuenta corriente.

Aunque la crisis también ha hecho mella en estas propiedades (han sufrido una caída media del 5,5% en todo el mundo durante 2009), están demostrando una resistencia a la debacle inmobiliaria, en gran parte, sostenida por el interés de las grandes fortunas por mantener sus propiedades.

Según el informe The Wealth Report 2010, elaborado por Knight Frank con Citi Banca Privada, los multimillonarios europeos tienen el 48% de su cartera de activos en bienes inmobiliarios, frente al 21% destinado a dinero y el 14% aacciones. Bonos (10%), derivados (5%), fondos de inversión alternativa (4%) y dinero (2%) terminan de conformar sus fortuna.

En todo el mundo, el peso de las propiedades sobre el total de la cartera es un poco inferior, aunque sigue siendo mayoritaria, ya que representa más de un tercio del total (33%), frente al 24% de las acciones o el 13% de los bonos.

"Las grandes fortunas, lo último que piensan en vender son sus viviendas. Antes desinvierten en fondos de capital riesgo, hedge funds, acciones...", señala Alberto Prieto, socio propietario de Knight Frank. Esta situación conlleva que apenas se pongan en el mercado mansiones de alto standing. "Al contrario, este perfil de inversor está esperando oportunidades para seguir comprando residencias", añade Prieto.

De hecho, el 80% de las grandes fortunas europeas considera que este tipo de activos inmobiliarios son una buena inversión en 2010 y un 40% reconoce estar analizando la compra de una segunda residencia, con la particularidad de que afirman querer financiar estas adquisiciones en un 70% con efectivo. Sin embargo, esta liquidez desciende a apenas el 47% cuando se extrapolan estos datos al resto del mundo, donde los millonarios están dispuestos a seguir ampliando su patrimonio inmobiliario a golpe de préstamo en un 53%.

No obstante, a pesar de la resistente salud que parece tener el mercado de las grandes mansiones, también debe puntualizarse que existen importantes diferencias por países. Por ejemplo, el estallido de la burbuja inmobiliaria de Dubai ha hecho desplomarse el precio de sus palacios un 45%, mientras que el crecimiento de la economía china ha disparado un 52% el importe de las villas de Shanghai.

En España, enclaves como Mallorca sufren un recorte del 17%, mientras que Marbella empieza a dar signos de recuperación. No obstante, los expertos de Knight Frank advierten que todavía falta un poco de ajuste en las denominadas zona prime. Por ejemplo, en el elitista Barrio de Salamanca de Madrid todavía prevén un recorte del 8%-10%.

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