País candidato

La entrada de Ucrania en la UE restaría 3.740 millones a España en fondos de cohesión

Sa asimilación como Estado miembro del club comunitario tendría un impacto directo sobre el reparto de fondos en la UE, y España sería el segundo país más afectado en lo que refiere a fondos de cohesión tras Italia.

La entrada de Kiev en la UE restaría 3.740 millones a España en fondos de cohesión
La entrada de Kiev en la UE restaría 3.740 millones a España en fondos de cohesión
DPA vía Europa Press

La Unión Europea concedió el estatuto de candidato a Ucrania el 23 de junio de 2022, apenas cuatro meses después de que el país presentara su solicitud de adhesión, pero, como dice el refranero, del dicho al hecho hay un trecho. La inclusión de Kiev dentro de las estructuras comunitarias tendría un coste elevado de hacerse rápido y sin medidas de control, que solo en fondos de cohesión rebajaría en 3.740 millones de euros lo percibido por España para el actual periodo presupuestario.

El observatorio más relevante de la capital comunitaria, Bruegel, ha realizado estimaciones macroeconómicas de cómo afectaría una hipotética entrada de Ucrania en la Unión Europea a día de hoy, una de las naciones más pobres de Europa ya antes del conflicto con Rusia, con un PIB per cápita tres veces inferior al de la media de la UE en 2019. 

Según detalla el observatorio, la digestión del país restaría a los 27 Estados miembros entre 19.000 millones y 24.000 millones de euros en fondos de cohesión para el periodo 2021-2027. Tras Italia, España sería el segundo país más afectado por el nuevo reparto de recursos. El Gobierno pasaría a percibir en torno a 26.440 millones de euros, lo que suponen 3.740 millones menos de lo que recibe en la actualidad sin Kiev en el club -en el escenario intermedio del cálculo de Bruegel-. 

El observatorio indica que es capaz de calcular el coste hipotético por países de estos fondos ya que su resultado deriva de criterios fácilmente medibles, como son la Renta Nacional Bruta per cápita de las regiones menos desarrolladas con respecto a la media europea

De este modo, la entrada de las regiones ucranianas reduciría notablemente el promedio europeo, por lo que algunos territorios actualmente clasificados como "menos desarrollados" pasarían a ser "regiones en transición" y algunas de las actuales "regiones en transición" pasarían a ser "regiones más desarrolladas", lo que implicaría una menor financiación a través de las partidas que tratan de equilibrar las áreas más desfavorecidas. En este sentido, España tendría muchas regiones catalogadas como económicamente por debajo de la media que pasarían a estar por encima, una vez entre Ucrania en la UE. 

Gastos dificilmente medibles, pero presentes

No obstante, el gasto a nivel global -y, por lo tanto, el reparto- serían mucho mayor en el presupuesto europeo, un cálculo difícilmente medible por países. La institución estima que el coste neto para el presupuesto comunitario para los 27 socios actuales ascendería a entre 110.000 millones y 137.000 millones de euros a precios corrientes para el periodo 2021-2027 -alrededor del 0,1% y el 0,13% del Producto Interior Bruto (PIB) de la UE-. 

Ahora bien, Bruegel aclara que estas prospecciones no incluyen potenciales aspectos beneficiosos, como son el aumento de los ingresos fiscales y de la seguridad social para los actuales integrantes, beneficios de calado más amplio, como el desplazamiento de trabajadores ucranianos más cualificados y la reducción de las emisiones ucranianas de gases de efecto invernadero. Por otro lado, también clarifica que en los procesos previos de adhesión de nuevos países, los miembros anteriores han terminado saliendo beneficiados económicamente. 

Una digestión pesada

Víctor Burguete, investigador sénior de CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), explica que el ejercicio del observatorio es relevante, en tanto que muestra el esfuerzo titánico que va a suponer para la UE asimilar a un país del tamaño y la importancia estratégica de Ucrania. La integración será un proceso largo, aunque más corto que otras ampliaciones anteriores, estima. 

Sin embargo, Bruselas y los países que actualmente conforman el grupo deberán tomar en consideración la gigantesca brecha con Kiev. Una brecha que no es solo económica y que también existe en términos políticos y de gobernanza, afirma Burguete: "La inclusión va a requerir que haya reformas dentro de la UE para evitar que muera de éxito". 

"Es un desafío para la efectividad de las instituciones", concluye Burguete. En este sentido, el investigador afirma que muchas decisiones de calado que se toman por unanimidad en la UE -por ejemplo, en materia de política exterior-, por lo que la llegada de nuevos actores con diferentes culturas políticas y pesos económicos y demográficos importantes complicaría el proceso

Por otro lado, también afectaría a cuestiones de representatividad, podría modificar el equilibrio de partidos del Parlamento Europeo o aumentar la complejidad del sistema de comisarios de la UE, algo que hace necesario establecer cortapisas antes de hacer efectiva la llegada de Kiev a Bruselas. 

Problemas con la PAC

De materializarse su entrada, y sin contar la ocupación de territorio por parte de Rusia, Ucrania contaría con una quinta parte de toda la superficie agrícola de la UE. Semejante relevancia, que aspira a friccionar aún más a los sectores agrícolas europeos, también va asociado a un alza en las partidas presupuestarias. 

Bruegel calcula que si Kiev obtuviera un pago equivalente al producto de su superficie y la media de los pagos por hectárea de los otros 13 países del Este de Europa que se incorporaron al club entre 2004 y 2013, Ucrania obtendría 85.000 millones de euros en pagos de la Política Agraria Común (PAC) en 2021-2027 a precios corrientes, lo que implica que el presupuesto para estas partidas pasaría de los 379.000 millones de euros aprobados a 463.000 millones, un 22% más.

El escenario anterior asume la recuperación del territorio ocupado por Rusia y la recuperación y desminado del terreno cultivable. Sin embargo, según el análisis de NASA Harvest, a mediados de 2022, aproximadamente el 22% de terreno agrícola de Ucrania, incluido el 28% de los cultivos de invierno y el 18% de los de verano, estaba bajo control ruso. Para un escenario alternativo, el pago a Ucrania sería tan solo de 68.000 millones de euros, frente a los cerca de 46.000 millones que recibe España. 

Estos escenarios obligan a la Unión a plantearse las fórmulas para que Ucrania no desequilibre demasiado a la UE. Burguete afirma que Bruselas tendrá que establecer "requerimientos" para que Kiev pueda ser una capital europea. En su opinión, moldear al sector agrario ucraniano para que su entrada no distorsione el mercado sería una opción que ya ha sido probada con anterioridad. "En España y Portugal ocurrió algo similar con sus flotas pesqueras antes de la entrada en la Comunidad Económica Europea. Ambos países sumaban las flotas más grandes del continente, y la Comunidad les obligó a una reducción drástica para su entrada". 

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