España rozó el nivel del bono basura en cuatro años de rebajas

    • La primera rebaja de S&P ocurrió en el año 2009. España perdió entonces su matrícula de honor, la triple A.
    • La marea subió tanto entre 2010 y 2012 que S&P bajó otras cinco veces la calificación de la deuda soberana.
La prima de riesgo de España abre sin cambios en 164 pese a la mejora de Standard and Poor´s
La prima de riesgo de España abre sin cambios en 164 pese a la mejora de Standard and Poor´s
Enrique Utrera

El 19 de enero de 2009, Standard & Poor's dio el pistoletazo de salida. La noticia que nadie quería ver ni escuchar ya era una realidad: la calificación del Reino de España dejaba el rating máximo de AAA y era degradado un escalón, hasta AA+. Aunque el movimiento era esperado, cayó como un jarro de agua fría. La crisis que tan tozudamente se había negado a reconocer Gobierno ya estaba plasmada en el rating del país.

Unos pocos días antes, S&P ya había puesto en revisión la calificación crediticia de España con perspectiva negativa, un anuncio de lo que vendía después. Además, acababa de rebajar el rating de Grecia, ya en el ojo del huracán. ¿Cómo justificó la agencia el primer tijeretazo de su historia a España? "Las actuales condiciones económicas y de los mercados financieros han puesto de manifiesto unas debilidades estructurales de la economía española que son inconsistentes con una calificación de AAA", decía la nota que acompañó a la decisión.

Aquella fue la primera rebaja de S&P. Luego vendrían otras cinco, a medida que la situación económica española se hacía más y más insostenible. Ninguna agencia ha sido tan dura con el país. Con aquel recorte de enero de 2009 se iniciaba una larga cadena de descensos del Big Three–así se conoce al trío de agencias que forman S&P, Moody's y Fitch- que puso a España a un solo paso del bono basura.

Es decir, de perder el grado de inversión, lo que hubiera tenido consecuencias catastróficas. Pero cuando S&P encendió la traca lo peor estaba aún muy lejos de llegar para España. La agencia aseguraba por entonces que "la rebaja del rating soberano refleja nuestras expectativas de que las finanzas públicas sufrirán junto con el esperado descenso del crecimiento de España, y que la respuesta política puede ser insuficiente para responder eficazmente a los desafíos económicos y fiscales".

Dos días antes del anuncio de S&P, el entonces ministro de Economía, Pedro Solbes, hacía su primer ejercicio de realismo en la presentación del cuadro macroeconómico para el trienio 2009-2011. Por primera vez, reconocía que el país se enfrentaba a la peor crisis de los últimos cincuenta años y anticipaba una caída del PIB del 1,6% para 2009.

Sin embargo, trazaba unas expectativas mucho más halagüeñas para los dos años siguientes, previendo un crecimiento del 1,2% para 2010 y del 2,6%, muy por encima de las previsiones de los analistas y organismos oficiales. Por entonces, la prima de riesgo se situaba en los 115 puntos básicos. Lo que vino después es de sobra conocido: la marea subió tanto entre 2010 y 2012 que S&P bajó otras cinco veces en ese período la calificación de España. Mientras las constantes vitales del país seguían debilitándose hasta extremos insospechados.

Los peores momentos llegaron en el verano de 2012 y coinciden con el rescate bancario a España, con Bankia en el epicentro del terremoto. En un movimiento que puso a España al borde del colapso, la prima de riesgo escaló hasta los 650 puntos básicos. El riesgo de rescate era inminente y las agencias de calificación se lanzaron en bloque contra el país, rebajando sus rating hasta dejarlos a un paso del bono basura. Exactamente el movimiento contrario al que estamos viviendo casi dos años después.

Mostrar comentarios