Así falsificaba Rudy Kurniawan los mejores vinos desde la cocina de su casa

  • Rudy Kurniawan compraba los mejores vinos para luego en su casa fabricar las imitaciones que vendía a coleccionistas. 

    Este falsificador pecó de hacer demasiadas copias y de no contrastar los años de las bodegas por eso un coleccionista le descubrió y le denunció.

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CHANCE
L.M

Las falsificaciones también han llegado a la alimentación. Hasta ahora sabíamos de falsificadores de obras de arte o de prendas de ropa, sin embargo, no podríamos imaginarnos que hay hasta vinos falsos.

Rudy Kurniawan, ciudadano indonesio de origen chino, falsificaba vinos caros en la cocina de su casa en Arcadia (California). Kurniawan imitaba grandes vinos de crus de Borgoña y Burdeos. Uno de sus favoritos eran los del Domaine de la Romanée Conti, una de las bodegas más veneradas del mundo.

Este falsificador contaba con que estos vinos son de coleccionistas por lo que es muy difícil reconocerlos en el mercado. En 2007 se consideraba que Kurniawan era el dueño de la mayor y mejor bodega privada del mundo. Gastaba grandes cantidades de dinero en la compra de botellas en subastas, en las que se podía llegar a gastar hasta un millón de dólares.

Kurniawan pudo vender 2,5 millones de dólares en vino falso de Borgoña en subastas o selectas catas. El problema surgió cuando empezaron a aparecer más botellas de las que se habían producido de una determinada añada o salían a subasta botellas de añadas de un vino que no se había producido.

El engaño de Kurniawan explotó cuando Laurent Ponsot, el jefe de la casa de Clos Saint Denis del Domaine Ponsot, se sorprendió al ver que había botellas de su marca de cosechas entre 1945 y 1971

cuando en realidad su familia no se inició en la elaboración de vino hasta 1982.

A su vez, Bill Koch un coleccionista se dio cuenta de que había comprado a Kuriawan varias botellas falsas. Tras poder demostrarlo con un detective lo denunció ante los expertos de autentificación y en 2012 el FBI entró en la casa de Kurniawan. Allí encontraron el material necesario para falsificar las botellas de vino.

Kuriwan fue juzgado y condenado en 2014 a 10 años de prisión, por cometer el mayor fraude que el mundo del vino ha conocido jamás.

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