Fonserè: La crisis es una magnífica oportunidad para el arte del actor

Las Palmas de Gran Canaria, 13 dic.- El nuevo director de la veterana compañía Els Joglars, Ramón Fonserè, ha valorado hoy las repercusiones que está teniendo en el mundo escénico la crisis económica actual, que ha calificado como "una magnífica oportunidad para demostrar que el teatro es el arte del actor".

Y es que, tras épocas de "vacas gordas" en que el teatro perdió su identidad primigenia, la del arte de cómicos que trabajaban sin accesorios apenas, para ser llevado a grandes y costosas salas que solo acogían espectáculos que gastaban mucho dinero aunque tuvieran carencias creativas, "ahora con lo mínimo se hace mucho, cuando antes con mucho se hacía lo mínimo", ha dicho.

Fonserè ha hecho estas declaraciones al presentar en rueda de prensa las dos funciones que Els Joglars ofrecerá este fin de semana en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria de la nueva versión de su montaje "El Nacional", una obra que reivindica el papel central del actor como razón de ser del espectáculo escénico y cuyos postulados ha opinado que ha obligado a asumir la crisis económica.

Ello se debe a que, frente a las épocas en que los profesionales de la escena estaban "muy mal acostumbrados", al construirse para ellos grandes recintos donde "lo menos que importaba era el teatro" y se apostaba sobre todo por lo accesorio, el gasto desmedido y hasta la "burocracia", elementos criticados en "El Nacional", en el momento actual "no hay más tu tía" que ser buen artista para actuar.

Puesto que el teatro "es un tío allí, con su arte, que es capaz, con aquel ritual arriba de un escenario, de embaucar a doscientas, trescientas o cuatrocientas personas con su talento, con su esfuerzo, con su voluntad, con su empeño", ha argumentado el director de la compañía catalana.

El sustituto del histórico Albert Boadella al frente de Els Joglars ha valorado además el momento en que el grupo ha decidido hacer un reestreno de "El Nacional", que se llevó inicialmente a escena hace 19 años, en 1993, desde la opinión de que, "en el fondo, aunque debe parecer una contradicción, es un espectáculo optimista" y eso se agradece por el público en la coyuntura actual.

Eso se debe a la propia historia que narra, protagonizada por un viejo acomodador de un teatro arruinado que apuesta por devolver su razón de ser a la sala montando en él su propia versión de "Rigoletto" -cuya autoría atribuye, en su decadencia y confusión, a Shakespeare en vez de a Verdi-, recurriendo para ello a enrolar como actores a músicos callejeros de poca monta y hasta a mendigos.

"Con esa tropa de indigentes, con aquel caos y desbarajuste y entre aquellas ruinas, el hombre, con las piquetas y las excavadoras fuera que están a punto ya de derribar el teatro, resiste y lo monta", ha explicado Fonserè, que ha afirmado que, tras ver la obra, "la gente sale satisfecha de esa actitud valiente frente a las adversidades".

Ésa es una postura que el público valora especialmente "en los tiempos que corren" y "con la que está cayendo", ha apostillado el director y actor.

Además, ha animado a los espectadores a ver "El Nacional" asegurando que la nueva versión que hace de esta obra un espectáculo "muy bien hilvanado, mezcla de ópera y teatro", ya que, aunque el texto original se ha respetado casi íntegramente, se le han añadido más canciones, éxitos conocidos del repertorio del bel canto, interpretados por una soprano y un barítono auténticos.