El funcionario explicó que los productores "mantendrán su 30% de ganancia", que ya está fijado por ley, y que "habrá un margen de comercialización de 60%" adicional para todos los intermediarios hasta el último eslabón de la cadena de venta.
Según Arreaza, estas medidas buscan combatir a los especuladores a quienes atribuye el acelerado costo de vida, que de acuerdo con el propio gobierno se reflejaría en una inflación cercana a 85% al cierre de 2015.
"El que antes ganaba más de 30% va a pasar a ganar 15% o menos", dependiendo del producto y de los eslabones en la cadena, que deberán repartirse el 60% de utilidad, afirmó Arreaza.
El presidente Nicolás Maduro había anunciado el martes -a seis semanas de las elecciones parlamentarias- que se iba a "apretar la Ley de Precios Justos", que controla y regula toda la actividad comercial y los márgenes de ganancia en la economía venezolana.
El mandatario socialista afirmó que la ley fija una utilidad de 30% para los comerciantes, pero "le crearon eslabones a la cadena intermediaria y a cada eslabón le agregan el 30%".
Arreaza ilustró la medida con una salsa de tomate que con cuatro intermediarios y distribuidores elevaba su precio 184% hasta 128 bolívares (20,3 dólares a la menor tasa oficial y 0,16 a la del mercado paralelo).
Mientras, con la nueva disposición de 60% de ganancia para toda la cadena intermediaria, el mismo producto costaría unos 72 bolívares (11,4 dolares a la tasa oficial y (0,09 al paralelo).
La tasa de 6,30 rige únicamente para la entrega de divisas -que monopoliza el gobierno- destinadas a la importación de alimentos y medicinas.
El vicepresidente señaló que desde la próxima semana se aplicarán duros castigos a los especuladores y que estos se extenderán a quienes violen el control de cambios y fijen precios tomando como referencia el dólar paralelo, 125 veces más caro que la menor tasa oficial.
Economistas y consultoras privadas sostienen que la inflación de Venezuela para 2015 cerrará por encima de 200%, en medio de una de escasez de dos de cada tres productos básicos y profunda devaluación del bolívar.
El país con las mayores reservas petroleras del mundo sufre además un fuerte recorte de importaciones por una sequía de divisas a raíz el desplome de los precios del petróleo a menos de la mitad en el último año.
Los mismos observadores consideran que el control de precios y del sistema cambiario originan varias de las distorsiones de la economía venezolana, al desestimular la producción nacional.
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