Grecia paga al BCE este jueves, Tsipras afrontará luego un reto político

  • El pago de 3.400 millones de euros por Grecia al Banco Central Europeo (BCE) está previsto este jueves tras la obtención de un primer tramo de 23.000 millones por parte de la zona euro, un respiro en medio de las inquietudes que suscita el país y un periodo político complicado para el primer ministro Alexis Tsipras.

La devolución al BCE ha sido posible tras anunciarse el miércoles el desbloqueo por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES) de 23.000 de los 26.000 millones de euros del primer tramo de préstamos una vez aprobado el tercer rescate por el Parlamento alemán.

Gracias a esta suma, esperado el jueves a última hora de la mañana en Atenas, según una fuente cercana al dossier, 13.000 permitirán al Gobierno griego reembolsar al BCE los 3.400 millones de euros, incluyendo 200 millones de intereses, debidos el mismo jueves, y 7.160 millones de euros de un préstamo puente, concedido por la UE en julio para que Grecia pudiera efectuar un pago precedente al BCE y devolver atrasos a otro gran acreedor público, el FMI.

Por otra parte, 10.000 millones se destinarán a la recapitalización de los bancos griegos. Y 3.000 millones de euros constituirán una reserva que se desbloqueará de aquí a noviembre en función de la aplicación efectiva de las reformas aprobadas por el Parlamento griego.

El acuerdo sobre el nuevo plan, sellado in extremis el 13 de julio entre Atenas y sus acreedores para evitar una salida del país de la zona euro, alivió a los medios financieros y dio un poco de aire a Grecia, amenazada de asfixia desde la llegada al poder del partido de izquierda radical Syriza en enero, y discusiones sin fin, hasta entonces estériles, con los acreedores.

La agencia calificadora Fitch subió un grado el martes la nota a largo plazo de la deuda de Grecia, que pasó de CC a CCC.

Pero en Grecia, el plan fue adoptado la semana pasada por el Parlamento gracias a los votos de la oposición y a costa de una fractura interna en Syriza.

Tres de diez diputados del partido de Tsipras se pronunciaron en contra o se abstuvieron en la votación del plan, que como los anteriores (de un monto acumulado de 240.000 millones de euros) comprende medidas de austeridad controvertidas a cambio de dinero.

En consecuencia, el Gobierno de coalición de Syriza y su pequeño socio Anel parece poder contar solamente con una base de 119 diputados de 300, lo que parece insostenible porque la oposición no tiene la intención de respaldar los votos pedidos por Tsipras.

El primer ministro parece abocado a pedir más pronto o más tarde un voto de confianza al Parlamento. Si pierde, seguirán una elecciones en el plazo de un mes. Otras personalidades como el ministro de Sanidad, Panagiotis Kurumplis, estiman que de todos modos , "aunque el Gobierno obtenga el voto de confianza, las elecciones son la única solución para plantar cara al problema con Syriza".

Tsipras esconde sus cartas por el momento. Pero "una vez concluida la fase actual, es decir el pago al BCE el jueves, el Gobierno tomará iniciativas políticas", confirmó el miércoles Olga Gerovassili, portavoz del Gobierno, a la radio Skai. Reconoció que "se plantean cuestiones sobre la estabilidad del Gobierno", pero aseguró que éste "no tiene la intención de discutir de estos temas hasta la semana próxima".

Los medios de comunicación griegos hacen conjeturas sobre la fecha posible de unos comicios (que en Grecia son a una vuelta). Si Tsipras tiene prisa, los más temerarios apuntan la fecha del 13, o más probablemente el 20 o 27 de septiembre.

Otros estiman que Tsipras podría querer esperar a que los acreedores den una primera opinión positiva sobre el avance de las reformas, para abrir el camino de una quita parcial de la enorme deuda griega (175% del PIB actualmente). Un éxito que el electorado podría agradecer.

En una carta al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, Tsipras solicitó la implicación de la "única institución europeo investida de un mandato popular directo" en tanto que quinto actor del cuarteto de acreedores en "el proceso de evaluación de la implementación del acuerdo".

Algunos observadores estiman que el primer ministro griego podría optar por ir deprisa para aprovechar la debilidad de los dos principales partidos de oposición, con dirigentes recién instalados. De este modo evitaría también que su ala izquierda disidente tenga tiempo de organizarse demasiado.

Un allegado a Syriza, con idea diferentes a las del Gobierno, declaraba días atrás a la AFP que Tsipras, que sigue siendo muy popular, bien podría quitarse de encima a su ala izquierda y conseguir la mayoría absoluta (que Syriza rozó en enero) en unos nuevos comicios.

mr-jph-hec-csg/cel/lpt/amd/jmr.

Mostrar comentarios