Greenpeace, de nuevo en el ojo del huracán

  • Tras la polémica detención de cuatro activistas de Greenpeace -entre ellos director de la ONG en España- en la Cumbre de Copenhague, ahora dos miembros de la organización en Japón se enfrentan a cargos robo y allanamiento por llevarse una bandeja con carne de ballena de un almacén. Ellos argumentan que su intención era denunciar la corrupción de la industria ballenera. Y tienen el apoyo de la ONU.
Greenpeace, de nuevo en el ojo del huracán | istockphoto
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Gavin Blair | GlobalPost

(Tokio, Japón). Dos activistas japoneses de Greenpeace se declararon no culpables el pasado lunes en el primer día de juicio al que se enfrentan por acusaciones de robo y allanamiento. Pero éste no es un caso corriente de supuesto delito y castigo.Este caso se produce a raíz de una caja de carne de ballena, que los ecologistas dicen que se llevaron de un almacén con el fin de exponer la corrupción generalizada en Japón y los negocios de la industria ballenera "científica" financiada con dinero público.

Los dos acusados se enfrentan a una pena de 10 años de cárcel, en un sistema judicial que se jacta de tener un índice de condenas de más del 99 por ciento. Este caso ha provocado la primera condena a Japón por parte del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

A partir de un chivatazo que les dio una persona que trabajó como tripulante de barcos balleneros nipones, Greenpeace comenzó a investigar en 2008, entre otras cuestiones, denuncias referentes a marineros que se llevan a casa carne de ballena de los programas "de investigación" y después la venden.

En abril de 2008 Junichi Sato y Toru Suzuki (los "Tokyo Two", como les ha bautizado Greenpeace) se llevaron del almacén de una empresa de distribución una caja que sospechaban llena de carne de ballena. La caja, una de las tantas destinadas a casas de marineros, contenía efectivamente 23,5 kilos de carne de ballena.

Los militantes de Greenpeace llevaron el contenido de la caja, junto con documentación que confirmaba las acusaciones de quien dio el chivatazo, a la acusación pública, urgiéndola a investigar las posibles malversaciones en el sector ballenero.

La Fiscalía de Tokio comenzó las investigaciones, pero las dejó el 20 de junio de 2008, el mismo día en que Suzuki y Sato fueron detenidos acusados de allanamiento y robo. Se dice que en torno a 70 agentes de policía irrumpieron ese día en las oficinas de Greenpeace Japón y en la casas de cuatro empleados de la organización. Otros 10 policías fueron a detener a los "Tokyo Two".

En una rueda de prensa en Tokio el pasado 12 de enero, Kumi Naidoo, el nuevo director internacional de Greenpeace, describió la subsiguiente detención de los dos activistas durante 23 días como "mucho más que terrible, y totalmente errónea" y añadió que "lo único que estaban haciendo era captar la atención sobre el uso fraudulento de dinero público".

(Puedes leer la entrevista que publicamos recientemente Kumi Naidoo aquí). 

El punto de vista de Naidoo ha tenido amplio eco en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que ha emitido una declaración sobre los arrestos, confinamiento y cargos tras escuchar las explicaciones tanto de Greenpeace como de las autoridades niponas.

El organismo dependiente de la ONU condena en su escrito la detención de los activistas por ser arbitraria, y considera que vulnera tres artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es la primera vez que Japón es objeto de una condena de este tipo.

En una clara apelación al nuevo Gobierno del Partido Democrático de Japón, Naidoo y la directora adjunta de Greenpeace, Sarah Burton, han insistido reiteradamente en que los cargos fueron presentados por el anterior Ejecutivo, y que la nueva Administración defendió en su programa electoral tanto el fin de la corrupción como el de la mala gestión del dinero público.

No obstante, en una reunión celebrada después de una rueda de prensa con el viceministro de Asuntos Exteriores Chinami Nishimura, el ministro le dijo a Naidoo que el Gobierno no puede interferir y que el caso está en los tribunales, sub júdice.

"Pero nuestra visita a Japón tiene dos objetivos: asegurarnos de que hay justicia para nuestros dos colegas, y también tratar de reabrir el caso original de malversación y corrupción [de las tripulaciones que se llevan la carne], que no está sub júdice", explicó Naidoo a GlobalPost tras reunirse con el ministro.

Pese a que los dos activistas han colaborado con las autoridades, comunicaron a la fiscalía sus acciones y aseguran haber actuado en pro del interés público, la decisión de presentar cargos contra ellos no es buena señal. Los juicios criminales en Japón terminan casi de manera invariable en veredictos de condena, y hay incluso jueces que son famosos por no haber encontrado a nadie inocente a lo largo de toda su carrera.

La improbabilidad estadística de que se produzca un veredicto de inocencia es algo que no se le escapa a Naidoo, el primer africano que lidera Greenpeace, encarcelado durante el régimen apartheid de Sudáfrica."Si cualquier país tiene más de un 99 por ciento de condenas de culpabilidad, entonces no sólo tiene la mejor policía del mundo, sino una fuerza policial con línea directa con Dios, ya que es capaz de acertar siempre", dice Naidoo.

Y continúa diciendo "digámoslo de este modo: ¿esperamos sinceramente que ellos sean la excepción a la norma en este caso? Porque, ¿cuántos de ese 99 por ciento tienen a la Comisión de los Derechos Humanos a su favor?".De momento, el juicio se ha suspendido y continuará en marzo.

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