Los tres envases de plástico, que contenían 10 kilos de hachís, fueron hallados en un coche que desembarcaba de un ferry procedente de Tánger, en el norte de Marruecos. Cada bellota era apenas más grande que una oliva.
El conductor del coche y su pasajero fueron detenidos.
España es la mayor puerta de entrada de la droga en Europa, sobre todo del hachís marroquí.
Los traficantes recurren a métodos muy ingeniosos para intentar disimular su mercancía. Los aduaneros encontraron droga en lugares tan insospechados como el interior de una piña o en prótesis mamarias.
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