Hacienda abre la mano para conceder prórrogas en el cobro de impuestos

  • La Agencia Tributaria otorga más exenciones temporales a las obligaciones fiscales de empresas y ciudadanos. También flexibiliza las condiciones de los avales para lograr los aplazamientos.
La Agencia Tributaria devuelve más de 8.000 millones de la declaración de la Renta
La Agencia Tributaria devuelve más de 8.000 millones de la declaración de la Renta
Carmen Canfrán

Después de tres años de crisis económica en España, las obligaciones fiscales se han convertido en una losa muy pesada tanto para las empresas como para los ciudadanos.En muchos casos, esa carga llega a asfixiar. Por eso, Hacienda ha abierto más la mano a la concesión de prórrogas en el pago de los impuestos, explicaron a lainformacion.com fuentes del sector.

Esa mayor flexibilidad no implica una exención de esas obligaciones fiscales, sino una mayor adaptación a las actuales circunstancias del mercado. Para la declaración de la renta 2010, la Agencia Tributaria ha autorizado más aplazamientos, debido a la debilidad económica de muchos contribuyentes y compañías.

Ante la actual inestabilidad del mercado laboral, hay trabajadores que tienen a lo largo de su ejercicio fiscal varios pagadores. Debido a unas retenciones fiscales inferiores a las correspondientes en sus diferentes nóminas, esos contribuyentes se encuentran con una sorpresa en su declaración de la renta.

Pongamos un ejemplo. Seguro que conoce a alguien que ha trabajado durante tres meses. Luego ha cobrado el paro durante dos meses. Después ha vuelto a incorporarse al mercado laboral.Al final, esa persona se encuentra que tiene que devolver 1.500 euros a Hacienda porque las retenciones no se han realizado en función del acumulado del año.

Si la situación económica de esa persona es muy delicada, la Agencia Tributaria le ofrecerá el fraccionamiento del desembolso. De manera que entre mayo y junio deberá abonar el 60% y el resto en noviembre.En el caso de que sea imposible abordar ese pago, el contribuyente puede solicitar ese aplazamiento por escrito o por teléfono. ¡Y a esperar la concesión!

Las prórrogas oscilan entre seis meses y un año. No obstante, nada es regalado en esta vida. Durante ese periodo temporal de exención, la Agencia Tributaria cobrará intereses al afectado.Para este año, la tasa se ha fijado en un 5%. Para 2012, el Gobierno fijará ese porcentaje en los nuevos Presupuestos Generales del Estado.

Otro guiño a esa flexibilidad hace referencia a los avales. Antes, si el contribuyente debía devolver a la Agencia Tributaria 7.000 euros y quería una prórroga, debía presentar avales. En cambio, ahora esa cifra se ha ampliado hasta los 15.000 euros.

Las empresas exentas

"No es un acto de caridad, sino que una fórmula para no dañar más a la economía española", explicó Salvador Faura, portavoz del sindicato de los técnicos de Hacienda, Gestha. A su juicio es mejor que una empresa consiga un aplazamiento de sus obligaciones fiscales debido a su falta de liquidez.

¿El motivo? Si la compañía utiliza el poco dinero que tiene a pagar Hacienda puede que se vea obligada a cerrar o a despedir empleados.Unas medidas que de forma directa también afectan a las arcas del Estado. Habría que pagar subsidios de desempleo y se dejaría de recaudar otro tipo de impuestos procedentes de esa empresa. A veces el remedio es peor que la enfermedad.

Este es el caso de alguna empresa cotizada. Reyal Urbis es un claro ejemplo. La inmobiliaria ha estado a punto varias veces de ir a concurso de acreedores. En sus arcas escasea la liquidez. Negocia por tercera vez las condiciones de su deuda con la banca acreedora.

La compañía lleva cerca del abismo desde hace dos años. Por eso, solicitó un aplazamiento de sus obligaciones fiscales a las administraciones. Una petición que fue concedida. De hecho, tiene una prórroga para el pago de 300 millones de euros. Para eso, Reyal Urbis ha presentado avales por valor de 530 millones de euros.

El ejemplo de Reyal Urbis es uno más de los tantos que hay en el mercado. No obstante, Faura recuerda que esas exenciones temporales no son tan fáciles de conseguir en los impuestos repercutidos.Por ejemplo, el pago del IVA a Hacienda o las retenciones efectuadas a los trabajadores.

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