Heridas, pero no muertas: cabinas telefónicas y SMS resisten el ataque de internet

En 2003 habían pasado sólo dos años de los terribles atentados del Word Trade Center el 11-S de 2001. Fallecieron oficialmente 2.823 personas, de los que 19 fueron terroristas suicidas de Al Qaeda (versión oficial) que dirigieron los aviones comerciales a los objetivos, y 342 miembros los equipos de rescate.

Hubo también más de 6.000 heridos de las 50.000 personas pertenecientes a 60 compañías que trabajaban en las Torres. El mundo quedó conmocionado.

Dos años más tarde, las secuelas físicas y psicológicas eran y continúan siendo, graves, y la psicosis también. Quería comprobarlo, y surgió la oportunidad en el verano de 2003. En el aeropuerto JFK nos obligaron a declarar a fondo, y hubo registros. Policías por todas partes.

Naturalmente, acudimos al escenario de los atentados. Un inmenso hoyo, porque los impactos afectaron a numerosos edificios, y una inacabable relación horizontal con los nombres de las víctimas, es decir, los asesinados.

Caminando por el distrito financiero, vimos una cabina telefónica, típica neoyorquina. No sé qué pasaba con los móviles. El edificio N.Y. Telephone Building había quedado gravemente dañado, y aseguradoras e inmobiliarias pleiteaban. Utilizamos una cabina para llamar a España.

Dimos gracias al estadounidense Alexander G. Bell, considerado el inventor del teléfono. Durante años se pensó que el inventor del teléfono fue Bell, que lo patentó en 1876, pero su inventor fue otro, el italiano Antonio Meucci, que lo ideó en 1855, y lo perfeccionó para que su mujer, enferma, hablara con él desde su habitación.Evolución del modelo de negocio

Posiblemente el primer móvil que tuve en mis manos fue un gran Motorola negro, con tapa para los números. En 1973, un directivo de Motorola, Martin Cooper, efectuó desde un calle neoyorquina la primera llamada desde un teléfono móvil del proyecto Dyna TAC 8000X a su mayor rival del sector de telefonía, Joel Engel, de ATT.

El móvil pesaba cerca de un kilo y tenía un tamaño de 33.02 x 4,455 x 8,89 centímetros. A mí me llegó uno años más tarde, y todavía abultaban.

En 1981, Ericsson lanzó el sistema NMT 450 (Nordic Mobile Telephony 450 MHz). Se seguían utilizando canales de radio analógicos (frecuencias en torno a 450 MHz) con modulación en frecuencia (FM).

Fue el primer sistema del mundo de telefonía móvil tal como se entiende hasta hoy en día. En España existen actualmente más de 50,3 millones de líneas móviles, y la telefonía fija doméstica cae en desuso y se comercializa en un paquete junto a la banda ancha, tv, etc.

En estos comienzos ya avanzados del siglo XXI es difícil encontrar en el mundo occidental alguien que no tenga móvil o smartphone. Se ha convertido en el elemento básico de comunicación, de trabajo, hasta de estándar social.El núcleo, internet

Y los negocios se multiplican precisamente en el núcleo del móvil a través de Internet. Las grandes redes sociales como Google (con Youtube) y Facebook se sitúan en el ranking de las primeras empresas del mundo por capitalización bursátil, y también Instagram (fotos) y Twitter.

Están en el móvil las grandes compañías de mensajería, como Whatsapp (adquirida por Facebook por casi 22.000 millones de dólares) o Telegram. El móvil o celular, como le llaman en Hispanoamérica, dispone de cada vez más aplicaciones (App) que uno se puede bajar, música, cámara de fotos, todo se parece a ese gran bolso de las mujeres donde se encontraba todo. El móvil es el gran bolso que no se puede olvidar, y en cierta medida es el mundo en un click. Es el petróleo, el nuevo oro negro que hay que explotar.

Así, todos buscan crecer o al menos estabilizar su nicho de negocio en el móvil. Por ejemplo, las operadoras con los sms de pago, que hace unos años se popularizaron y que ahora sólo reconocen usar el 7 por ciento de los profesionales. Pero el sms se resiste a morir: el 98 por ciento de los sms son abiertos, mientras los email sólo se abren en un 22 por ciento.

En definitiva, el paradigma es Internet, es la red, los datos. La revolución digital va a superar a la antigua revolución industrial y su desarrollo será exponencial en los próximos años, ha señalado César Alierta, presidente de Telefónica. Con sus cifras, el número de internautas se ha triplicado en los últimos diez años, hasta alcanzar los 3.000 millones. En paralelo, la cifra de conexiones móviles supera al número de habitantes, lo que provoca un aumento vertiginoso de la información que circula por la red.Cabinas útiles, aunque el smartphone arrase

Pero esta evolución exponencial convive con lo antiguo, con lo tradicional. Ha pasado siempre. Y en España existen más de 25.800 cabinas que dan servicio a los usuarios las 24 horas del día y los 365 días del año. Las ciudades españolas que más cabinas tienen son Madrid capital, Barcelona, Valencia, Málaga, Cádiz, Las Palmas y Tenerife. Todas superan el millar de unidades, mientras Alicante y Palma de Mallorca tienen cifras próximas al millar.

¿Quién no ha usado una cabina alguna vez? Los teléfonos situados en la vía pública no necesitan batería y siempre tienen cobertura. Además, si una persona no dispone de saldo suficiente y tiene una urgencia, las cabinas le permiten de forma gratuita contactar con emergencias en el 112.

Las cabinas españolas permiten el pago con tarjeta pero también con moneda, desde 5 céntimos a 2 euros, lo cual es de agradecer, porque la mayoría de los países de nuestro entorno no admiten el pago con moneda (caso de Francia).

Telefónica está orgullosa de esto, a pesar de los numerosos costes de recaudación y de reparación por robos y vandalismo, que siempre existen. Y defiende especialmente su afán de eliminar barreras para los discapacitados, con teclados utilizables por personas ciegas, cabinas ubicadas en lugares libres de obstáculos para el acceso en sillas de ruedas, teléfonos conectables a audífonos para personas con problemas auditivos, y más de 2.000 cabinas con altura reducida, menos de un metro, para personas con discapacidades motrices.Innovadores usos a la vista

A primeros de esta semana se ha abierto el debate sobre la eliminación de las cabinas en España. Tiene base real, porque en los tres últimos años la caída interanual ha sido del 32 por ciento, pero todavía quedan casi 26.000 cabinas telefónicas de las 65.000 que había en España en 2000. Entre otros motivos porque la normativa obliga a que haya un teléfono en los municipios desde 1.000 habitantes, y un teléfono por cada 3.000 habitantes en núcleos de población más grandes.

La pregunta es: ¿irán desapareciendo a partir de 2016/2017? "El Real Decreto que regula el Servicio Universal (SU) obliga a mantenerlo a la adjudicataria, que es Telefónica, hasta diciembre de 2016. Pero no se sabe si habrá otro Decreto a partir de 2017 y, de haberlo, cuáles serán las condiciones del SU, por lo tanto no se puede afirmar que vayan a desaparecer", asegura la operadora.

De hecho, el partido que se puede sacar a las cabinas telefónicas es enorme. No sólo en su función actual. Operadores y empresas tecnológicas participan en Nueva York y otras ciudades en la transformación en puntos de acceso wifi, centros de carga para móviles y tabletas o para los coches eléctricos que vienen, o en puntos clave de emergencias de ciudades o pueblos. Ahora en la Sierra de Gata por ejemplo,, con los incendios.

Las utilidades son particularmente interesantes en casos de destinos turísticos masivos, aglomeraciones o grandes concentraciones de gente.

Telefónica instaló en las fallas de Valencia de este año veinte 'small cells', pequeños dispositivos, que se ubicaron en cabinas situadas en puntos estratégicos de la ciudad, y que permitieron amplificar la señal 4G y mejorar la cobertura en zonas de difícil acceso.

¿Conclusión? Es cierto que los smartphones y las tabletas han desterrado a las cabinas telefónicas tradicionales al olvido en los espacios públicos, Y que los grandes de la mensajería han orillado a los tradicionales sms de antaño, pero no las den por muertas. Telecos y empresas tecnológicas están pensando en nuevas utilidades digitales.