Hollande escenifica su compromiso de defender la industria francesa

  • El presidente francés, François Hollande, escenificó hoy su compromiso de defender los intereses de la industria francesa y prometió el apoyo del Estado para impedir deslocalizaciones y desinversiones.

París, 5 ene.- El presidente francés, François Hollande, escenificó hoy su compromiso de defender los intereses de la industria francesa y prometió el apoyo del Estado para impedir deslocalizaciones y desinversiones.

En un desplazamiento en Louviers, a cien kilómetros al norte de París, Hollande tuvo la primera ocasión de demostrar además, en un contexto económico que se anuncia difícil en 2013 para Francia, que pretende adoptar una actitud más cercana con los franceses en dificultades.

Por eso eligió la localidad de Val-de-Reuil, donde se reunió con una delegación sindical en representación de los trabajadores de una refinería que emplea a 470 personas, en liquidación judicial desde octubre pero que busca inversores industriales para evitar el cierre definitivo.

Es uno de los ejemplos que los franceses han podido tomar como símbolo de la desinversión en sectores industriales que sufren la competencia exterior, fundamentalmente por los costes de producción más elevados en Francia en comparación con otros países de su entorno.

Pero al recibir a los delegados sindicales de la refinería de Petroplus, Hollande no ocultó que hay dificultades para encontrar un inversor que quiera hacerse con las instalaciones y dejó claro que "el Estado no puede ser quien las asuma".

Para quienes pudieron pensar que las autoridades iban a comprometerse públicamente en una solución para la refinería mediante una inversión estatal en la planta, el mensaje de Hollande fue rotundo: no habrá dinero de las arcas públicas.

La visita de hoy tenía que ver con el reto que él mismo lanzó al anterior presidente, Nicolas Sarkozy, cuando hace un año viajó al mismo lugar y se preguntó públicamente "¿dónde está el Estado, dónde está el Gobierno?" en relación con la situación de Petroplus.

Hollande, sin embargo, no dirigió a los sindicatos las palabras que estos habrían querido escuchar en relación con un compromiso más preciso del Estado para garantizar la supervivencia de Petroplus.

La visita del presidente, que su entorno aseguró inicia una práctica de visitas semanales sobre el terreno por todo el país, sigue a meses de polémicas sobre la progresiva desaparición de tejido industrial, simbolizado por casos como el de la siderúrgica de Arcelor Mittal en Florange.

El manejo de este asunto caliente por parte del Gobierno que preside Jean-Marc Ayrault -con mensajes opuestos en relación con la eventual nacionalización de la planta que pusieron de evidencia la divergencia de criterios dentro del Ejecutivo- contribuyó además a la caída de la popularidad de los nuevos responsables de la mayoría socialista en el poder.

Un último sondeo sobre la confianza de los franceses en la gestión del Gobierno, el realizado por el instituto Ifop que se publicará mañana en "Ouest France", ya adelantó hoy que aquella disminuye.

Son sobre todo los ámbitos de la protección del medio ambiente, la integración de los inmigrantes, la defensa del poder adquisitivo y los impuestos los terrenos en los que el Gobierno experimenta una bajada de la confianza de la ciudadanía.

Pero en 2013 al Gobierno francés le esperan las gestiones de asuntos delicados, como los ajustes en grandes empresas como la automovilística PSA, que ya ha anunciado su plan de reducción de su plantilla en Francia en ocho mil trabajadores.

El año además no ha empezado con buenas noticias para empresas como la cadena francesa de tiendas de productos culturales Virgin, con 27 establecimientos en todo el país y que anunció el viernes que se va declarar en suspensión de pagos.

La situación amenaza los empleos de un millar de trabajadores de una empresa que ya no pertenece a la británica Virgin que le dio nombre, sino al fondo Butler Capital Partners, y es otro ejemplo de empresa francesa que sufre las consecuencias de no haberse sabido adaptar a los requisitos de la nueva economía.

La visita de hoy de Hollande siguió por otro lado al anuncio de esta misma semana por parte del Gobierno de reformas que aplicará en los próximos meses destinadas a cambiar el papel del Estado y la intervención de los poderes públicos en la economía, que el primer ministro Ayrault reconoció se encuentra en una "encrucijada".

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