Las cementeras cuestionan el vigor de la construcción como motor del crecimiento

Cementera Cosmos en Niebla recibe la visita de 300 personas en una jornada de puertas abiertas
Cementera Cosmos en Niebla recibe la visita de 300 personas en una jornada de puertas abiertas
EUROPA PRESS

Los analistas acostumbran a observar con singular interés el comportamiento de la evolución del consumo de cemento en busca de indicios que les permitan avanzar qué desempeño va a tener la economía en los meses venideros. Es lo que denominan un indicador adelantado. Un buen dato se interpreta como el anuncio de un mayor crecimiento de la economía, un mal dato augura que vienen curvas y que la situación empeorará en los meses venideros.

En estos tiempos, sin embargo, los analistas están obligados a hilar más fino. Oficemen, la patronal que agrupa a las principales empresas de la industria cementera, compareció este lunes para anunciar que el consumo de cemento creció un 11% en los cinco primeros meses del año, cuando las expectativas en enero era de un leve repunte del 1%.

De seguir este ritmo, anunciaron, el año se cerrará con un crecimiento del 12% y el consumo total se situará en 12,3 millones de toneladas, la cifra más alta de los últimos cinco años. Pues muy bien, ¿no? Resulta que no. Resulta que la subida de la tarifa de la luz -que afecta a todos los consumidores, también a las empresas- ha generado tal impacto sobre la competitividad del sector cementero patrio que las exportaciones (el gran salvavidas del sector durante la crisis) se les han caído un 7,6%, llevándose de paso buena parte de los beneficios obtenidos por el auge del sector residencial.

Resulta, además, que esas 12 millones de toneladas se sitúan todavía muy lejos de los 25 millones de toneladas que marcan la media del consumo de cemento en España durante los últimos 50 años e identifican el punto de equilibrio de la producción del sector. Y resulta, en tercer lugar, que el segmento que supone la mitad del negocio total de la industria cementera - la obra civil - lleva varios años en barbecho y el sector desconfía de una rápida recuperación de este factor.

Estos 'resultas' componen un escenario de incertidumbres que han llevado al sector a retrasar de 2020 a 2025 el objetivo de recuperar esos 25 millones de toneladas de producción que constituyen su velocidad de crucero y a desconfianza de una rápida recuperación. "No podemos negar que aún yendo mal, el sector va un poco mejor", ha asegurado el vicepresidente de Oficemen, Isidoro Miranda, que también ha recordado que el sector lleva un lustro aprovechando únicamente el 50% de su capacidad instalada.Esperando el fin de la austeridad

La desconfianza de la industria cementera alienta las dudas sobre el cumplimiento de las expectativas de crecimiento plasmadas por el Gobierno en su cuadro macro, que fía buena parte de la recuperación económica al impulso extra proporcionado por la construcción.

Oficemen asegura que para que eso se cumpla deberá haber una apuesta decidida del Gobierno por la inversión pública, una apuesta que no se adivina en los Presupuestos de 2017 y que la industria ve poco viable cuando aún quedan tres puntos de déficit (más de 30.000 millones de euros) por ajustar.

El otro campo de batalla que podría acelerar la recuperación del sector sería la actuación sobre los costes de la subida de la tarifa de la luz. Las últimas subidas han situado el coste del componente energético en España un 20% por encima del de países competidores como Alemania y han golpeado la línea de flotación de una industria que pasa por ser el primer exportador de la UE y el octavo mayor exportador del mundo.

Las cementeras españolas han exportado 300.000 toneladas menos en los primeros cinco meses del año, lo que ha arruinado las expectativas de mejora de actividad y empleo que auguraba el renacido impulso del mercado residencial.

Mostrar comentarios