Izquierda mexicana rechaza que se amplíen ventajas a petroleras privadas

  • La izquierda mexicana calificó hoy como "muy grave" la posibilidad de que se amplíen las ventajas a las empresas petroleras en el proyecto de reforma energética que presentó en agosto pasado el Gobierno de Enrique Peña Nieto.

México, 6 nov.- La izquierda mexicana calificó hoy como "muy grave" la posibilidad de que se amplíen las ventajas a las empresas petroleras en el proyecto de reforma energética que presentó en agosto pasado el Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) salieron hoy al paso de una información publicada por el Wall Street Journal que anticipa la posibilidad de que se esté negociando una reforma energética más ambiciosa que la planteada por el Gobierno.

Según esta información, el Gobierno está negociando con otras fuerzas políticas la posibilidad de que se aprueben contratos de producción compartida con empresas privadas o el pago de regalías de parte de las empresas que exploten los hidrocarburos.

En el proyecto original, el Gobierno proponía "compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje" a terceros que exploten hidrocarburos, pero mantenía la prohibición de aprobar concesiones que otorguen derechos sobre los recursos naturales.

Según el mismo periódico estadounidense, esos cambios a la reforma original los está negociando el Gobierno con el conservador Partido Acción Nacional (PAN), la segunda fuerza política del país, que está a favor de una liberalización del sector de hidrocarburos.

Actualmente, el Estado mexicano mantiene el monopolio de la explotación de esos recursos, misión de la que se encarga exclusivamente la firma estatal Petróleos Mexicanos (PEMEX).

"No compartimos de ninguna manera estos esquemas que se están planteando", afirmó el líder del PRD, Jesús Zambrano, al referirse en una rueda de prensa a las informaciones publicadas por The Wall Street Journal.

Por su parte, el fundador de ese partido Cuauhtémoc Cárdenas, experto del PRD en política energética, dijo que "sería muy grave que se abriera la posibilidad a los contratos de producción compartida o a las concesiones".

Según Cárdenas, el concesionario podría disponer del producto "a su antojo" y buscaría "la utilidad más alta en el tiempo más corto posible".

"Lo que estaríamos viendo es una explotación irracional de nuestros yacimientos, el agotamiento de nuestros yacimientos y una política totalmente irracional del manejo de las reservas", agregó el dirigente de la izquierda mexicana.

El PRD se opone a la reforma energética de Peña Nieto, inclusive en los términos planteados inicialmente, y rechaza la posibilidad de que se modifique la Constitución, lo que sería necesario para terminar con el monopolio del Estado en la explotación de hidrocarburos.

"No cabe ni por razones técnicas ni por el interés del país que se abra la puerta a este tipo de contratos", insistió Cárdenas, cuyo padre, Lázaro Cárdenas, fue el presidente de México que nacionalizó la industria petrolera, en 1938.

Según los informes de The Wall Street Journal, la reforma "más ambiciosa" respecto al proyecto original que busca el Gobierno atraería mayor interés al sector de hidrocarburos mexicanos de parte de petroleras privadas.

El periódico sostiene que los contratos de ganancias compartidas del proyecto original no se consideran atractivos para los inversores del sector, aunque podrían ser útiles para campos de bajo riesgo.

Pero se abre la puerta a la posibilidad de contratos de producción compartida entre el Estado y la empresa privada, una modalidad que podría utilizarse en campos con rentabilidad más arriesgada.

Asimismo, se negocia un tercer tipo de contratos, con el pago de regalías e impuestos, en licencias para la explotación de campos en aguas ultraprofundas y de gas de esquisto.

Estas posibilidades, según el periódico, permitirían a empresas privadas explotar y producir hidrocarburos por su cuenta mediante contratos con el Estado, que también se aplicarían para las operaciones de Pemex.

La izquierda mexicana está a favor de una transformación de Pemex, para superar el rezago actual que tiene por la corrupción y falta de inversiones, pero rechaza cambios constitucionales que le quiten al Estado el monopolio de la explotación de los recursos.

El PRD y otras fuerzas políticas están desarrollando una intensa campaña contra esta reforma energética y han pedido una consulta nacional antes de que el proyecto del Gobierno comience a ser debatido por el Parlamento.

Zambrano dijo hoy que, si aun así prospera la reforma, pedirán en las elecciones legislativas del 2015 que se convoque un referéndum revocatorio", lo que, según el dirigente político, representaría riesgos para las empresas privadas.

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