Este banco, que estará administrado por la AIEA y tendrá su sede en la ciudad de Oskemen, en el este del país, pretende garantizar el suministro de las centrales nucleares y contribuir a la lucha contra la proliferación nuclear.
Operativo a partir de 2017, el banco dispondrá de un presupuesto de 150 millones de dólares durante diez años.
Según la AIEA, este banco internacional podrá contener hasta 90 toneladas de uranio poco enriquecido, que podría servir de combustible para los reactores de los países miembros de la organización que no pueden comprar en el mercado.
Estados Unidos saludó este acuerdo y el "liderazgo" del presidente kazajo Nursultan Nazarbayev en "materia de no proliferación nuclear desde hace dos décadas".
El ministro kazajo de Relaciones Exteriores, Erlan Idrissov, saludó por su parte este "momento histórico", prometiendo a los países miembros de la AIEA un "acceso seguro al combustible para sus centrales nucleares".
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