La austeridad y la reforma del Estado crispan el debate parlamentario luso

  • Las polémicas declaraciones de un banquero sobre la capacidad de los portugueses de soportar más austeridad y la posible reforma del Estado para ahorrar 4.000 millones de euros dominaron hoy una crispada sesión del Parlamento luso.

Lisboa, 1 feb.- Las polémicas declaraciones de un banquero sobre la capacidad de los portugueses de soportar más austeridad y la posible reforma del Estado para ahorrar 4.000 millones de euros dominaron hoy una crispada sesión del Parlamento luso.

El debate quincenal de la Asamblea Legislativa portuguesa dio lugar a otro choque entre la alianza conservadora de Gobierno, defensora de la reforma del Estado en 2014 como única medida de garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas, y las fuerzas de izquierda, totalmente opuestas a más recortes.

Pero el Gobierno luso estudia ya en qué áreas puede economizar con ajustes en servicios sociales como la Sanidad o la Educación, tal y como le aconsejó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un informe divulgado en enero.

En medio de la polémica abierta en Portugal sobre esas medidas, las fuerzas marxistas -con 22 de los 230 diputados- instaron hoy al primer ministro, Pedro Passos Coelho, a rechazar unas declaraciones del presidente del Banco Portugués de Inversiones (BPI), Fernando Ulrich, sobre la capacidad de sacrificio del país.

En referencia a los "sin techo", Ulrich dijo el jueves durante la presentación de resultados de su entidad bancaria: "Si las personas que vemos en la calle en esa difícil situación, sufriendo tanto, lo aguantan, ¿por qué nosotros no lo vamos a soportar?".

El banquero remachaba así otra polémica intervención pública anterior, de octubre del año pasado, cuando señaló que Portugal sí podía aguantar más medidas de austeridad.

Los líderes de los partidos de izquierda calificaron hoy las nuevas declaraciones de Ulrich de "vergonzosas" y "crueles", y reclamaron a Passos Coelho una "condena firme en defensa del honor del país".

Además recordaron que el BPI es uno de los bancos lusos que recibió el año pasado fondos públicos, procedentes del rescate financiero de Portugal.

Pero el primer ministro conservador declinó referirse de forma explícita a la frase del banquero y se limitó a defender las ayudas estatales a la banca y a recordar que él no tiene acciones ni cuentas en esa entidad y que los bancos portugueses han defendido "el interés nacional" comprando títulos de deuda estatal.

Ante las críticas de la oposición, resaltó también los avances conseguidos por Portugal este año al adelantar su regreso a los mercados de deuda a largo plazo meses antes de lo previsto y con tasas de interés muy inferiores a las de hace un año.

"Sabemos que todavía tendremos que hacer sacrificios", admitió Passos Coelho al subrayar que su Gobierno quiere dar un horizonte de esperanza a los desempleados y "está preparando el futuro más allá de la troika", el trío de organismos -UE, Banco Central Europeo y FMI- que supervisan el rescate luso.

El optimismo del jefe del Gobierno luso contrastó con el escepticismo del líder de la oposición, el socialista Antonio José Seguro, que reprochó al Ejecutivo no haber acertado "ni en una sola de sus previsiones sobre el déficit público, la deuda, el desempleo y la caída de la economía".

"Después de tantos suspensos, el primer ministro viene aquí a vanagloriarse del regreso a los mercados, cuando en realidad tuvo mucho que ver con el papel activo del Banco Central Europeo", al que se oponía Passos Coelho en línea con Alemania, recordó el secretario general del PS.

Seguro también exhortó al primer ministro a informar antes a los ciudadanos lusos que a la troika de los gastos que va a cortar en 2014.

La oposición echó en cara además al Gobierno conservador el aumento de la recesión (con una caída del PIB del 3 % en 2012) y el desempleo (superior al 16 %), que sufre Portugal en medio de su grave crisis económica.

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