La banca, escéptica ante nueva propuesta de Martinsa para evitar liquidación

Madrid, 22 dic.- La banca acreedora de Martinsa Fadesa han mostrado su escepticismo ante la nueva propuesta planteada por Fernando Martín para salvar a la inmobiliaria de la liquidación y coincide en señalar que la solución ofrecida incurre en contradicciones y que no hay tiempo suficiente para un acuerdo.

Así se lo han trasladado las entidades financieras al presidente de la inmobiliaria en una reunión esta tarde para estudiar la nueva propuesta de Martinsa, que prevé un canje de deuda a cambio de acciones que convertiría a los bancos en los principales accionistas de la inmobiliaria con el 70 % del capital, han señalado a EFE fuentes cercanas a la negociación.

El 30 % quedaría en manos de Fernando Martín, que entre las opciones que ha barajado se encuentra la posibilidad de modificar el convenio de acreedores que tanto la compañía como los acreedores firmaron en 2011 para que Martinsa pagase sus 7.200 millones de deuda en un plazo de hasta diez años.

El objetivo, señalan las mismas fuentes, sería lograr más tiempo para negociar más allá del próximo 31 de diciembre, sobre todo teniendo en cuenta que se acaba la extensión de la prórroga para que las inmobiliarias con fondos propios negativos no se viesen abocadas a la liquidación y de que la inmobiliaria deba hacer frente a un pago del 12,5 % de la deuda concursal.

A comienzos de mes, los 14 bancos acreedores de la inmobiliaria mostraron también en una reunión conjunta su negativa a la propuesta "Aurora 2" presentada por la compañía, que recogía una quita del 80 % para las entidades financieras que ahora se ha rebajado hasta el 66 %.

"Aurora 2", que la compañía diseñaba entonces tras la inviabilidad de "Aurora 1", establecía además que el resto de la deuda se saldase mediante daciones en pago de activos que los bancos desconocen.

A finales de enero, Martinsa Fadesa ya anunció que no podía pagar una anualidad el convenio de acreedores que suscribió en marzo de 2011 para salir del concurso de acreedores y que representaba el 1 %, unos 32 millones.

Si la inmobiliaria no consigue pagar ninguna de estas anualidades, es decir, si acumula dos impagos del convenio de acreedores pactado, entraría en causa disolución, opción que, aunque podría ser más beneficiosa para algunos acreedores, conllevaría más dilatación en los tiempos.

Por ello el interés de la banca acreedora pasaba por que la inmobiliaria presentase una quita razonable y redujese su tamaño hasta quedarse con activos de entre 400 y 600 millones de euros y una deuda similar.

En los nueve primeros meses del año, la inmobiliaria redujo sus números rojos un 37,5 % hasta 201,7 millones.