La banca española no frena el crédito, pese a la dificultad para financiarse

Madrid, 5 ago.- La banca española no ha endurecido los criterios de concesión de créditos pese al "notable deterioro" de las condiciones para conseguir financiación en los mercados y pese a las nuevas exigencias de solvencia impuestas por el Gobierno y la Unión Europea, que se temía que podían afectar a los préstamos.

Así se desprende de la última Encuesta sobre Préstamos Bancarios elaborada por el Banco de España, correspondiente al mes de julio, que revela que los nuevos requisitos de solvencia "apenas habrían influido sobre las condiciones de concesión de préstamos".

"El efecto declarado por las entidades es muy pequeño, exceptuando el segmento de grandes empresas, en el que sí habría tenido un impacto contractivo algo más acusado", señala el supervisor de la banca española.

No obstante, añade que los precios de los préstamos a grandes corporaciones "están en general más ajustados, por lo que su evolución se vería afectada en mayor medida por las dificultades de los bancos para captar recursos en los mercados".

Las entidades financieras españolas han encontrado más dificultades que las europeas para conseguir financiación en el segundo trimestre del año.

Para el período de julio a septiembre, esperaban un "deterioro adicional" para captar recursos en los mercados, aunque de menor intensidad que en el segundo trimestre del año.

En cualquier caso, las entidades españolas prevén mantener hasta septiembre los criterios actuales por los que se rigen para conceder préstamos a las sociedades y los hogares.

La Encuesta sobre Préstamos Bancarios también revela que las entidades financieras que operan en España han sufrido más que las europeas para adaptarse a las nuevas exigencias de solvencia conocidas como Basilea III, ya que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó el pasado 18 de febrero que el sistema bancario español cumpliera desde este año los nuevos requisitos.

La Comisión Europea reconoció el pasado mes de julio que, debido a las mayores exigencias de prudencia que impone Basilea III, el stock de préstamos se reducirá un 1,8 % entre 2020 y 2030 y el coste de los créditos se incrementará en 0,29 puntos porcentuales en esa década.