La calidad de vida sigue "radicalmente" baja en el Reino Unido, según estudio

Londres, 31 ene.- La calidad de vida en el Reino Unido se mantiene aún muy por debajo de los niveles alcanzados antes del comienzo de la crisis en 2008, a pesar de que se ha frenado la caída de los ingresos, señaló hoy un informe del Instituto de Estudios Fiscales (IFS).

La calidad de vida ha caído radicalmente desde el inicio de la crisis porque los ingresos no han crecido de forma proporcional a la inflación. Esa caída media de ingresos ha sido provocada, sobre todo, por la bajada de salarios", indicó el estudio, que alimenta el actual debate sobre el coste de la vida en este país.

Según el IFS, los ingresos domésticos "han dejado de bajar", pero al situarse "en su nivel más bajo en casi una década", es "altamente improbable" que la calidad de vida recupere los niveles alcanzados antes de la crisis para 2015, cuando se celebran elecciones generales.

Los hogares con menos ingresos podrían ser "los grandes perdedores" en esta recesión, porque destinan una mayor proporción de sus ingresos a la compra de comida y de gasolina y sufren más las consecuencias de la inflación, que no afecta de forma proporcional a todos los bienes.

Entre 2008 y 2013, la inflación acumulada en el Reino Unido fue del 20 %, si bien el precio de la energía subió un 60 % y el de los alimentos aumentó un 30 % durante ese periodo, según el Índice de Precios de Consumo (IPC) británico.

Al mismo tiempo que esas familias hacen frente a la subida de precios, es "poco probable" que se puedan beneficiar de los descuentos en los intereses de las hipotecas -aplicados principalmente a aquellos con más ingresos- y, según la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica, sus sueldos no se recuperarán hasta 2018-2019.

"A menos que las diferencias en la inflación cambien, los hogares con menos ingresos seguirán padeciendo el mayor descenso de su calidad de vida en el periodo de recesión", indicó el IFS.

El Reino Unido protagoniza un debate nacional sobre el coste de la vida en el país, donde muchos ciudadanos con bajos ingresos o sin trabajo afrontan elevados gastos básicos.