"En Laponia hace frío, pero yo me río / mi abuelito Yulupuki, es amigo mio / Noeli, Noeli, que feliz, que feliz, soy aquí". El estribillo de la sintonía de la serie de dibujos animados 'Noeli', que tuvo cierto éxito en los años 80, es de lo poco que saben los españoles de Laponia. Eso y que es el lugar donde Papá Noel tiene su casa.
Esa región nórdica semidesconocida, que incluye territorio sueco, finlandés, noruego y ruso, es el lugar al que nos propone ir a trabajar el presidente de la comisión de economía y política financiera de la patronal de empresarios CEOE, José Luis Feito, para no perder el subsidio de desempleo. Lo que propone Feito es que se le retire el paro a quienes rechacen una oferta de trabajo, "aunque sea en Laponia".
Es decir, que si los amables empresarios madereros o mineros–columna vertebral de la economía local lapona junto con el empleo en servicios municipales– de este histórico territorio nos ofrecen un empleo, tendríamos que hacer las maletas, abrigarnos bien y poner rumbo a esta región, ligeramente más pequeña que España y en la que habitan poco más de dos millones de personas.
Los recursos naturales de Laponia y las provincias vecinas –hidroelectricidad, madera y minerales– desempeñaron un rol importante durante la industrialización de Suecia. Además, el turismo ecológico es otro de los grandes sectores económicos que está en crecimiento en la región.
El verdadero pueblo lapón, los Saami, han sabido protegerse dentro la modernidad y no renuncian a utilizar helicópteros o motos de nieve para cuidar de sus manadas de renos. Cerca de 80.000 personas componen este pueblo protoeuropeo se encarga de la cría de la mayoría de los casi 100.000 alces que se abaten cada año en Suecia y cuya carne a la brasa es un manjar.
Con lo que parece que no contaba José Luis Feito cuando hizo sus declaraciones es que uno de los principales problemas de Laponia es precisamente el paro. El desempleo ha sido relativamente elevado durante las últimas décadas, por lo que un porcentaje importante de la población joven ha emigrado hacia los grandes centros poblados en la costa o el sur de Suecia.
De hecho, el 14,4% de la población se encuentra desocupada, según los datos facilitados por el Consejo Regional de Laponia. El desempleo afecta sobre todo a las mujeres y los jóvenes, con un 40% y un 15% de paro, respectivamente.
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