La crisis de vivienda y alquiler amenaza la recuperación de Irlanda

  • La muerte esta semana de un sintecho en una calle de Dublín, a pocos metros del Parlamento nacional, ha conmocionado a un país que ve en la imparable escalada del precio de la vivienda y del alquiler una amenaza para la recuperación económica y el bienestar.

Javier Aja

Dublín, 5 dic.- La muerte esta semana de un sintecho en una calle de Dublín, a pocos metros del Parlamento nacional, ha conmocionado a un país que ve en la imparable escalada del precio de la vivienda y del alquiler una amenaza para la recuperación económica y el bienestar.

Jonathan Corrie, de 43 años, apareció muerto después de pasar una fría noche al raso en pleno centro de la capital, en una vía concurrida por las mañanas por políticos que transitan por ella de camino al trabajo.

Alguno de ellos, como varios miembros del Gobierno de coalición entre conservadores y laboristas que dirige el primer ministro, Enda Kenny, le conocían de vista. Era una cara relativamente familiar en esa zona de Dublín.

Corrie, quien llevaba años enganchado a las drogas, era un sintecho "de manual", es decir, aquel que vive en las calles principalmente porque sufre problemas de adicción o trastornos mentales, o ambos a la vez.

No obstante, su muerte ha abierto un debate en Irlanda no solo porque es inmoral que en una sociedad moderna haya gente vulnerable viviendo en la calle, sino también porque la línea que separa una vida bajo techo de una a la intemperie es cada vez más delgada.

En apenas 20 años, Irlanda ha pasado de disfrutar de una de las épocas más prósperas de su historia con la llamada economía del "Tigre Celta" a pedir en 2010 un rescate por 85.000 millones de euros a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Aunque el Gobierno de Dublín abandonó con éxito hace un año este programa de ayuda, según han asegurado los inspectores internacionales, la durísima política de austeridad recetada por Bruselas y Washington ha dejado una sociedad mucho más empobrecida, aunque más sensible también a los problemas sociales.

Ante la indignación colectiva y la proximidad de unas fechas tan señaladas como las navidades, los políticos se han puesto a trabajar contrarreloj y han acordado apoyar un plan diseñado por el alcalde de Dublín, el independiente Christy Burke, quien ha prometido que en poco más de una semana no habrá gente durmiendo en la calle.

El primer edil, encarcelado en los años setenta por pertenecer al ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), ha asegurado que para el 15 de diciembre habrá 123 nuevas camas en albergues de la capital, al mismo tiempo que la diócesis de Dublín y organizaciones católicas contribuirán con otras 50 aproximadamente.

Asimismo, Burke ha ordenado a las autoridades municipales que destinen en los próximos meses el 50 por ciento de sus viviendas de protección oficial a "personas sintecho o vulnerables".

En la Irlanda "postrescate", las personas vulnerables pueden ser gente como Shane y Ciara Dwyer, un joven matrimonio que vive en su coche desde hace cuatro semanas porque el casero, de repente, aumentó la renta del apartamento que alquilaban en el barrio de Jobstown, a las afueras de Dublín, en un 50 por ciento.

Según contó al diario "The Irish Times" la pareja, en la que ambos están parados, el alquiler de un pequeño apartamento pasó de costar 700 euros al mes a 1.050 euros.

Su situación es extrema, pero no atípica en Dublín, donde los expertos prevén que el año que viene cada hogar destinará más de un tercio de todo su presupuesto mensual al pago del alquiler de la vivienda.

Mientras el precio medio del alquiler mensual en todo el país supera los 800 euros, se calcula que en Dublín los alquileres se han encarecido un 14,5 por ciento durante el presente año, hasta los casi 1.200 euros mensuales de media.

El problema radica en que los ingresos del irlandés medio han caído en torno a un 20 por ciento desde el comienzo de la crisis en 2008 y el mercado de compradores de primera vivienda se ha ralentizado dramáticamente.

En consecuencia, la demanda de viviendas de alquiler se ha disparado, si bien la oferta es un 70 por ciento menor que hace siete años, cuando alcanzó su punto más alto, según cifras de la web www.daft.ie, el principal recurso online para encontrar un alquiler.

En toda Irlanda, casi el 30 por ciento de la población alquila ahora la vivienda y la mayoría lo hace en el sector privado, lo que arroja unos números que no se veían desde la década de los años cincuenta del pasado siglo.

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