La economía paquistaní espera más que gestos de su tradicional aliado chino

  • El recién designado primer ministro chino, Li Keqiang, ha incluido Pakistán como uno de los cuatro destinos su primera gira internacional, un gesto que muestra de nuevo la importancia que da Pekín a su aliado en el sur de Asia.

Pau Miranda

Islamabad, 22 may.- El recién designado primer ministro chino, Li Keqiang, ha incluido Pakistán como uno de los cuatro destinos su primera gira internacional, un gesto que muestra de nuevo la importancia que da Pekín a su aliado en el sur de Asia.

Pero con la economía nacional a la deriva, Islamabad está esperando algo más que los tradicionales gestos de la diplomacia china y aún más cuando los lazos de Pakistán con Occidente no están en su mejor momento por falta de sintonía en temas de seguridad.

"La amistad con China es piedra angular de la política exterior paquistaní", rezaba ayer una nota oficial del Gobierno de Pakistán, en la que se recalcaba que Islamabad y Pekín tienen "visiones idénticas en asuntos globales".

La retórica de amistad mutua es habitual en los intercambios diplomáticos -"la amistad plantada por generaciones anteriores da ahora frutos exhuberantes", dijo hoy Li-, pero los analistas y los medios locales echan en falta más hechos y apoyo real.

Las autoridades paquistaníes sitúan el comercio bilateral en 12.000 millones de dólares en 2012 y anunciaron la intención de elevarlo en 15.000 millones en dos o tres años, aunque la balanza es claramente favorable para China.

Pero lo que más preocupa en los sectores económico y político del país surasiático es la falta de un esfuerzo inversor que plasme la teórica ventaja de tener como gran aliado a la segunda economía mundial.

"Los niveles de inversión china son desalentadores", reconoce el analista local Ahmad Rashid, quien recuerda que el flujo inversor chino en la última década está lejos de lo que promete el crecimiento del gran país asiático.

Según datos oficiales, en la actualidad hay unas 120 empresas chinas operando en Pakistán, pero según Rashid, la inversión directa de capital chino el año pasado apenas superó los 1.200 millones de dólares, por debajo de otros países asiáticos.

"La óptica china es diferente a la occidental, y su política de cooperación e inversión en otros países está siempre basada en la reciprocidad y el beneficio directo", razona el analista y especialista en China Fazl-ur-Rahmán.

Un análisis publicado hace tres meses en el diario local The News hablaba de la "necesidad" de que el capital chino apoye a los sectores textil y de automoción, dos industrias en las que Pakistán tiene ventaja comparativa pero carencias financieras y tecnológicas.

El Gobierno de la Liga Musulmana-N (PML-N), que está a punto de asumir el poder tras ganar claramente los comicios de hace diez días, tiene como punto clave de la agenda revivir la economía local, pero necesita apoyo financiero a corto plazo e inversión luego.

Además de encontrarse con las principales autoridades del país, Li se reunirá mañana con el líder del PML-N y primer ministro 'in pectore', Nawaz Sharif, hoy significativamente sentado junto al mandatario chino en la comida de gala ofrecida en Islamabad.

Además de temas regionales -Li llega proveniente de la India, país rival con el que Sharif quiere mejorar las relaciones-, parece claro que la economía marcará el encuentro.

Una de las esperanzas del futuro mandatario paquistaní es que Pekín acometa pronto su compromiso de unir el puerto de Gwadar, cuyo manejo ha sido recientemente adjudicado a una compañía china, con la frontera común en el extremo norte de Pakistán.

"Les hemos entregado la gestión de un enclave estratégico como Gwadar, así que deberían cumplir sus promesas de construir un importante conjunto de infraestructuras viarias de norte a sur", afirmó Rashid, analista en el Instituto de Estudios Estratégicos.

Según publicaron medios locales hace unos meses, la empresa concesionaria de Gwadar se comprometió en una primera fase a invertir 10.000 millones de dólares en infraestructuras que desarrollen todo el potencial del puerto, situado en el Mar Arábigo.

Las promesas chinas parecen concordar con las del próximo primer ministro Sharif, quien anunció que quiere impulsar el desarrollo de carreteras y lazos ferroviarios en el país, pero Pakistán parece necesitar que sus aliados, además de hacer gestos, echen una mano.

Mostrar comentarios