Dicen los economistas que una de las formas de anticipar cuando una economía va a remontar el vuelo es permanecer atento a las variaciones en el índice de producción industrial.
Al parecer la experiencia subraya que los repuntes en la actividad industrial suelen ser el prólogo de una recuperación de la economía en general.
Si aceptamos esta premisa, España tendrá que esperar aún un tiempo para ver signos positivos en su desempeño económico.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la producción industrial completó el pasado mes de enero su 17º mes consecutivo en tasas negativas si bien moderó un tanto su perfil depresivo desde la caída del 7,1% de diciembre de 2012 hasta el 5%.
En realidad, con los datos en la mano enero no fue un mal mes para la producción industrial, ya que ésta se incrementó respecto al mes de diciembre un 11,5%, el mayor repunte de los últimos cinco años.
Hay que aclarar, no obstante, que la producción industrial siempre crece entre diciembre y enero por la fuerte acumulación de festivos que hay en el último mes del año y que reducen los días efectivamente productivos.
Ese repunte ha suavizado algo el perfil recesivo de la actividad industrial, que, no obstante, continúa en caída libre. En enero de 2011 mostraba un caída del 4,4% respecto al mismo mes de 2010, y este año esa velocidad incluso se ha incrementado, con una caída del 5%.
El lastre del consumo
Para hacerse una idea del rendimiento actual de la actividad industrial en España basta con comprobar la producción de bienes de consumo duradero, aquellos que tienen una vida útil superior a un año como las viviendas, los automóviles o los electrodomésticos.
Según el último Índice de Producción Industrial, la fabricación de este tipo de bienes ha experimentado una caída del 12% en los últimos doce meses y a día de hoy supone un 41% de lo que se fabricaba en el año 2005, actual referente que se utiliza como base para calcular el índice.
No hay precedentes de un nivel de producción tan exiguo desde que Estadística comenzó a elaborar este registro en el año 1993.
Los bienes de consumo no duradero (alimentos, bebidas, combustibles, materias primas...) suponen hoy un 92,1% de lo que se fabricaba hace ocho años; los bienes de equipo (componentes electrónicos, maquinaria) están en un 64,6%; y los bienes intermedios (útiles de oficina, gasóleo profesional) en el 67%. Sólo la generación de energía mantiene un perfil estable.
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