Clesa y Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), matriz de Central Lechera Asturiana, han alcanzado un acuerdo, tras varios meses de negociación, por el cual los trabajadores de la planta de Sevilla se reincorporarán en su antigua casa.
El pasado viernes, 11 de marzo, las dos partes acordaron rescindir anticipadamente el contrato de arrendamiento firmado en 2008 entre Clesa y Capsa, y aplicar la cláusula novena de dicho contrato, mediante la que se estableció que, en caso de resolución, la totalidad de la plantilla pasaría a depender de nuevo de Capsa.
Con este acuerdo, toda la plantilla de la fábrica de Sevilla ha sido dada de alta de nuevo en Capsa, que también se ha hecho con las instalaciones.
Este acuerdo, y la devolución de la planta de Sevilla, conllevarán el traslado de la línea de producción de yogures y postres de Clesa a la planta gallega de Caldas de Reis, lo que colabará a incrementar la producción en la planta, según Nueva Rumasa.
De hecho, la compañía asegura que "la anticipación de la rescisión del contrato de arrendamiento de la fábrica de Sevilla y el traslado de la producción a Caldas de Reis, forma una parte del Plan Estratégico diseñado por Clesa para garantizar su viabilidad".
No obstante, los trabajadores de la planta gallega se muestran desconfiados y creen que terminarán siendo víctimas del concurso de acreedores de la empresa.
De hecho, aunque esta factoría ha quedado fuera del ERE presentado por Nueva Rumasa, que sí afecta a la planta de Madrid, sus representantes sindicales están manteniendo contacto con todos los grupos políticos para que se impliquen y eviten la debacle.
De hecho, Dhul ya se ha visto obligada a presentar la antigua suspensión de pagos en un juzgado de Granada.
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