Lisboa, 16 may.- La inestabilidad financiera que se vive en Europa ha afectado también a Portugal, cuya deuda ha vuelto a verse presionada por los mercados después de varias semanas consecutivas de tranquilidad.
Los intereses que penalizan las obligaciones lusas han bajado de forma notable en los últimos meses, e incluso en el caso de los títulos a dos años ha llegado a cotizar a una tasa inferior a la que se compraban y vendían justo antes de que el país fuese intervenido, en abril de 2011.
Sin embargo, entre ayer y hoy la rentabilidad exigida por la deuda portuguesa a dos años en el mercado secundario -donde se intercambian los bonos adquiridos en subasta pública- ha subido más de cinco décimas, hasta tocar el 8,87 por ciento.
Incremento similar al registrado en las obligaciones a cinco años, que cotizaba hoy al 13,92 por ciento, mientras que los títulos lusos a diez años se ponían a la venta a cambio de una penalización del 11,65 por ciento, dos décimas más que la víspera.
Pese a que todavía están lejos de los valores récord alcanzados a finales del pasado enero, la incertidumbre que rodea la situación de Grecia y la presión a la que está sometida el país vecino, España -que a su vez es su mayor socio comercial-, han agravado las tasas de interés lusas.
De hecho, por los títulos portugueses a diez años se pagaba una rentabilidad la semana pasada del 10,52 por ciento, un punto menos que hoy.
La prima de riesgo lusa -es decir, el diferencial con la deuda alemana a diez años- se situaba hoy por encima de los mil puntos.
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