La presión sobre la deuda lusa se mantiene a la baja

  • Las tasas de interés que penalizan la deuda portuguesa mantienen la tendencia registrada en las últimas semanas y volvieron a caer hoy en todos los plazos.

Lisboa, 8 jun.- Las tasas de interés que penalizan la deuda portuguesa mantienen la tendencia registrada en las últimas semanas y volvieron a caer hoy en todos los plazos.

En el mercado secundario, donde se compran y venden los títulos adquiridos en subasta pública, las obligaciones lusas a dos años bajaban hoy ligeramente hasta situarse por debajo del 10 por ciento.

A cinco años se mantenían en el entorno del 12,6 por ciento, en la misma línea descendente que en el caso de los diez años, donde han caído con fuerza durante los últimos días hasta situarse en el 11,2 por ciento, un punto menos que hace una semana.

Portugal parece alejarse así del foco de atención de los mercados en una semana en la que el Tesoro luso también superó con éxito una emisión de deuda a corto plazo, al colocarla en su totalidad (1.500 millones de euros a seis y doce meses) a un menor interés que hace un mes.

La mayor reducción fue en las letras a seis meses, vendidas a cambio de un interés del 2,6 por ciento, el menor en este vencimiento desde septiembre de 2010.

Los analistas lusos consideran que los inversores parecen confiar ahora más en un Portugal respaldado por el rescate, de 78.000 millones de euros, que concedieron en mayo del año pasado la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esa asistencia garantiza el cumplimiento de los compromisos financieros lusos a largo plazo hasta mediados de 2013.

La mayor confianza que muestra ahora el mercado hacia la deuda lusa contrasta, no obstante, con lo observado durante los primeros ocho meses del rescate luso, en los que los intereses de su deuda siguieron subiendo, hasta duplicar los niveles anteriores a la petición de ayuda.

También las calificaciones crediticias sobre el Estado, los bancos y las grandes empresas lusas empeoraron a pesar de la garantía financiera del rescate, y complicaron el ya muy difícil acceso al crédito de la economía portuguesa.

Las principales agencias de notación continuaron degradando las calificaciones de Portugal, pese a la garantía de la ayuda internacional, hasta situarlas en los niveles más bajos de "bono basura".

Ahora, con la mejoría de la deuda en las últimas semanas, la verdadera prueba para el país vendrá en el segundo semestre de 2013.

El Gobierno luso, de signo conservador, mantiene oficialmente que en esa fecha, cuando acaba la asistencia internacional, espera poder colocar obligaciones -es decir, deuda con un plazo superior a dos años- a intereses razonables.

Sin embargo, las tasas que se registran en el mercado secundario son todavía inasequibles y en opinión de expertos, analistas y agencias de calificación ponen en duda que Portugal pueda lograr esta meta en la fecha prevista.

El Ejecutivo luso ha defendido en repetidas ocasiones que cumple a rajatabla el programa de ajustes y reformas acordado con la UE y el FMI, cuyas inspecciones trimestrales así lo han confirmado.

Si no consigue que los inversores compren su deuda con una menor rentabilidad -argumenta el Gobierno- solo podrá ser por cuestiones externas, como las turbulencias financieras que afectan a Europa en su conjunto.

En ese caso, Portugal tiene ya el compromiso de que las instituciones internacionales renovarán su apoyo hasta que logre financiar su deuda por sí mismo, aunque tal ayuda podría suponer formalmente un segundo rescate.

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