La sombra de la ruina persigue a miles de húngaros con hipotecas en divisas

  • Centenares de miles de húngaros están atrapados en hipotecas en moneda extranjera que se han revalorizado hasta un 70 % en los últimos cinco años, lo que ha empujado ya a muchos a la ruina y supone un quebradero de cabeza para el Gobierno conservador de Viktor Orbán.

Marcelo Nagy

Budapest, 18 nov.- Centenares de miles de húngaros están atrapados en hipotecas en moneda extranjera que se han revalorizado hasta un 70 % en los últimos cinco años, lo que ha empujado ya a muchos a la ruina y supone un quebradero de cabeza para el Gobierno conservador de Viktor Orbán.

En tiempos mejores era ventajoso contratar una hipoteca en divisa extranjera por su bajo interés, especialmente en francos suizos, pero desde 2008 el forinto húngaro se ha devaluado un 70 % frente a la moneda helvética.

Kati, una secretaria de una empresa en Budapest, relata a Efe como lo que parecía una buena idea se ha convertido en una pesadilla financiera: en 2008 pagaba de hipoteca 43.000 forintos mensuales (144 euros), y este año la letra ya alcanzaba los 120.000 forintos (400 euros).

"No me quedaba nada para vivir", lamenta, ya que la hipoteca devoraba la totalidad de su salario.

"Decidí no pagar más y buscar otra solución", explica Kati, que ya se ha resignado a perder su casa.

Una ley de finales de 2011 afrontaba este problema al ofrecer la oportunidad de pagar las deudas con un cambio fijo entre el forinto y divisas extranjeras, y que en el caso del franco suizo supone una rebaja del 22 % respecto a lo que dicta el mercado.

Desde que se puso en marcha la nueva normativa 170.000 personas se han acogido a ella, y aunque resulta un alivio importante, el 40 % de ellos ni siquiera así pudieron seguir pagando sus letras, según la Asociación de Damnificados por Créditos Bancarios (BHKE).

"Para muchos hipotecados el cambio fijo también significa una importante dificultad", simplemente no tienen bastante recursos como para seguir pagando las cuotas o perdieron su trabajo, explica a Efe Mariann Lénárd, la secretaria general de esa asociación.

Para alguien como Kati esa salida era insuficiente, porque aún contando con la rebaja en las cuotas no tenía dinero suficiente para vivir.

Y además, la diferencia entre el cambio fijo establecido por el gobierno y lo que dicta el mercado se sigue acumulando y debe saldarse después de cinco años de moratoria. En resumen: la normativa solo permite ganar tiempo.

Además de quienes se han acogido al programa de alivio, existen otros 520.000 hipotecados en moneda extranjera -en un país de 10 millones de habitantes- muchos de los cuales pasan por grandes apuros para hacer frente a sus deudas.

Una nueva legislación amplia ahora las condiciones para que más personas puedan acogerse al programa de alivio, incluso quienes cuentan con cuotas sin pagar desde hace de más de 90 días, y aquellos que tienen un inmueble hipotecado por valor superior a los 67.000 euros, hasta ahora excluidos.

"Por el momento no se sabe cuánta gente acudirá a este nuevo programa ampliado" que ofrece el Gobierno, indica Lénárd.

La nueva ley prohíbe también hasta abril las subastas de inmuebles salidos de hipotecas impagadas, para que nadie pueda perder su casa durante los meses de invierno.

Desde que ganase las elecciones en 2010, el Gobierno conservador de Viktor Orbán ha repetido que una de sus principales metas es ayudar a los hipotecados y anunció que la banca tendrá que asumir los "daños causados".

Las relaciones del gobierno con los bancos ha sido conflictiva, sobre todo por los impuestos a la banca que impuso desde 2010 y que sentaron mal en el sector.

Levente Kovács, secretario general de la Unión de Bancos de Hungría (MB) pronosticó que este nuevo paquete de alivio podría significar un sobrecoste de entre 10.000 y 20.000 millones de forintos (entre 33 y 66 millones de euros) anuales, según el portal económico "privátbankár".

No faltan los que aseguran que estos alivios están relacionados con las próximas elecciones generales de abril de 2014 y que son parte de la campaña electoral de los conservadores.

Mostrar comentarios