La zona de libre comercio de Shanghái empezará a funcionar 27 de septiembre

Shanghái (China), 3 sep.- La futura zona de libre comercio de Shanghái, anunciada en julio pasado y que aspira a revolucionar la influencia de la ciudad china en la economía mundial, empezará a funcionar el próximo 27 de septiembre, menos de tres meses después de que se diera a conocer el proyecto, según fuentes del Gobierno.

Así lo revela hoy el diario independiente South China Morning Post, que cita a fuentes no identificadas del Gobierno de Shanghái que adelantaron además que el vicealcalde encargado del desarrollo económico de la capital económica de China, Ai Baojun, será nombrado principal responsable del funcionamiento de la zona franca.

Ai, que hasta 2007 presidió la principal acería del país, Baosteel -representante de China en las negociaciones mundiales de los precios anuales del hierro-, se mantendrá como vicealcalde de Shanghái de industria, comercio y gestión de activos estatales, aunque pasará la mayor parte de su tiempo en la nueva zona.

Shanghái, el puerto mercante más activo del mundo, tendrá así la primera zona de este tipo en territorio continental chino bajo el Convenio de Kioto de 1974, por el que en una zona de libre comercio se puede depositar, manejar, fabricar, reconfigurar y volver a exportar productos sin la intervención de las autoridades aduaneras.

La ciudad ya tenía tres zonas francas para depositar, manejar y almacenar sin trámites aduaneros en sus instalaciones portuarias de Waigaoqiao y Yangshan y su aeropuerto de Pudong, cuya experiencia e instalaciones serán aprovechadas para el diseño de la nueva zona.

Por eso este "mini Hong Kong", como lo ha llamado la prensa local, podrá empezar a funcionar en apenas tres meses.

A continuación se actualizará y expandirá el alcance del área designada más allá de esos tres lugares, para que la zona de libre comercio cobre forma y con el tiempo pueda abarcar un amplio territorio de la ciudad, en el que se lleve a cabo una liberalización financiera cada vez mayor.

Con un área inicial total de 28,78 kilómetros cuadrados, la zona de libre comercio de Shanghái permitirá, de manera experimental -y fuera, sobre el papel, de las fronteras chinas-, liberalizar los tipos de cambio y de intereses, y promover los flujos de capitales y de materias primas entre China y el resto del mundo.