Lasso, un candidato acechado por el recuerdo de crisis financiera en Ecuador

  • Guillermo Lasso, un exbanquero de 57 años acostumbrado a los retos desde temprana edad, intenta llegar a la Presidencia de Ecuador por un camino cuesta arriba, acechado por la sombra de la crisis financiera que afectó al país hace más de una década.

Quito, 12 feb.- Guillermo Lasso, un exbanquero de 57 años acostumbrado a los retos desde temprana edad, intenta llegar a la Presidencia de Ecuador por un camino cuesta arriba, acechado por la sombra de la crisis financiera que afectó al país hace más de una década.

Líder del movimiento Creando Oportunidades (CREO), Lasso prefiere situarse en el centro al hablar de tendencias políticas, aunque ha recibido el apoyo de grupos de derecha.

El menor de once hermanos, Lasso relata que nació en una familia de clase media y recuerda que a sus 15 años trabajó en la Bolsa de Valores de Guayaquil para terminar sus estudios secundarios y aportar al hogar.

Los ahogos económicos quedaron en el recuerdo gracias a su trabajo en empresas, y, en especial, el campo financiero.

Aunque no concluyó sus estudios universitarios, realizó un diplomado en Administración de Empresas en el Instituto de Desarrollo Empresarial (IDE) y en el 2011 la Universidad de las Américas de Ecuador le concedió el título de Doctor Honoris Causa.

Lasso fue a los 34 años gerente general del Banco de Guayaquil y cinco años después presidente ejecutivo de la entidad, que entonces se transformó en el segundo mayor banco de Ecuador.

Aprovechó su experiencia en el campo para fundar el "Banco del Barrio", una iniciativa que consiste en la instalación de un punto de atención en negocios no bancarios, como pequeñas tiendas, para facilitar el acceso a los servicios financieros.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lo reconoció como el mayor proyecto de bancarización de Latinoamérica en el 2010.

Lasso se siente "orgulloso" de haber sido banquero y destaca que el suyo fue uno de los bancos que se salvó de la crisis financiera de 1999 y que trató responsablemente a sus clientes.

Sin embargo, no ha logrado sacudirse el eco negativo que esa palabra despierta en sus compatriotas, lo que han aprovechado algunos de sus rivales.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, que se presenta a la reelección, ha recordado durante la campaña que el rescate bancario que aplicó el Estado ante la crisis le costó al erario público unos 8.000 millones de dólares, mientras muchos ciudadanos aún esperan la devolución de sus ahorros.

Sus adversarios también destacan que en 1999 Lasso fue ministro de Economía durante el Gobierno del presidente Jamil Mahuad, que dolarizó la economía tras haber retenido el dinero de los ahorradores durante varios días.

Lasso aclara que ocupó ese cargo solo un mes tras la retención de los fondos y que renunció por sus diferencias con Mahuad.

También fue embajador itinerante en el Gobierno de Lucio Gutiérrez, otro de los candidatos a la Presidencia, ubicado en tercer lugar en intención de voto, según los sondeos.

Tras 42 años de trabajo en el sector bancario, Lasso renunció en 2012 a la dirección del Banco de Guayaquil, del que sigue siendo accionista, para presentarse a los comicios del próximo 17 de febrero.

En algunos mítines lo ha acompañado su esposa, María de Lourdes Alcívar, con quien tiene cinco hijos. De hablar pausado, Lasso es miembro del Opus Dei y se declara católico. Se opone al aborto y dice respetar las uniones entre personas del mismo sexo, pero no las considera un matrimonio.

Autor de dos libros, Lasso enarbola la libertad de expresión y la independencia de poderes como banderas de una campaña en la que ha evitado criticar directamente a otros candidatos.

Ha dicho que Correa le pidió apoyo económico durante la campaña de 2006, pero ha preferido no detallar su cuantía. "Que conteste el candidato presidente", suele responder.

Quiere combatir la pobreza a través de la generación de empleo y liberar a la población de impuestos, como la tasa a la salida de capitales implantada por el actual gobernante y que, en su opinión, pagan todos los ecuatorianos cuando compran productos importados y no sólo quienes envían dinero al exterior.

Lasso pretende diversificar la economía para que dependa menos del petróleo y dar más apoyo a los pequeños y medianos empresarios.

Su programa de gobierno da menos peso al Estado en el desarrollo de la economía que la administración actual y más campo a la inversión privada.

En el ámbito externo aboga por "más Ecuador en el mundo, más mundo en el Ecuador", con lo que resume su intención de tener mayores contactos internacionales.

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