"Le Monde" cumple siete décadas entre tradición y renovación

  • Dividido entre la fidelidad a sus valores históricos y la necesidad imperante de adaptarse a los nuevos métodos de lectura y expectativas de sus lectores, "Le Monde" cumple mañana 70 años con la mirada puesta en su renovación, explica a Efe en una entrevista su director, Gilles van Kote.

Marta Garde

París, 17 dic.- Dividido entre la fidelidad a sus valores históricos y la necesidad imperante de adaptarse a los nuevos métodos de lectura y expectativas de sus lectores, "Le Monde" cumple mañana 70 años con la mirada puesta en su renovación, explica a Efe en una entrevista su director, Gilles van Kote.

Fue el general Charles de Gaulle quien en septiembre de 1944 encargó a su ministro de Información un periódico que, de manera oficiosa, pudiera servir de canal de información oficial. Tres meses más tarde, con Hubert Beuve-Méry al mando, vio la luz un proyecto que no tardó en demostrar su independencia editorial.

Nació con la política en su ADN, pero su fundador fijó desde el principio el credo de ofrecer informaciones claras, verdaderas y, en la medida de lo posible, rápidas y completas, recuerda Van Kote, responsable interino del rotativo.

El "Le Monde" de hoy, explica, no es el mismo que el de 1944. "Es el de 2014, afortunadamente muy diferente, porque si hiciéramos el mismo no tendríamos lectores, pero su tradición humanista, proeuropea y de honestidad se mantienen en la línea de lo que quiso el fundador".

Han conmemorado la efeméride con un volumen con sus mejores artículos, el documental "Les gens du Monde", filmado por Yves Jeuland durante la campaña que venció François Hollande, y una serie de reportajes publicada este verano, que, tras bucear en los archivos de la casa, no apartó algunos de sus episodios más oscuros.

La práctica ya superada de tratar de "monsieur" (señor) a los cargos públicos, la reprobación que mereció en 1971 el nombramiento de su primera mujer jefa de sección o la recapitalización que en 2010 le dejó en manos del trío de empresarios formado por Matthieu Pigasse, Pierre Bergé y Xavier Niel jalonan parte de su historia.

Pero el hito que ha hecho del vespertino un periódico de referencia, que sentó la base en la que se apoya todavía hoy pese a haber aumentado sus horizontes, sigue siendo, según Van Kote, el momento en el que se fundó y aplicó el principio de independencia política, económica y social.

El aniversario ha coincidido con un año complejo, marcado por la dimisión en mayo de su primera mujer directora, Natalie Nougayrède, y de siete de los diez redactores jefes, ante el desacuerdo sobre la fórmula para la edición en papel y un plan de movilidad interna aparentemente no consensuado.

Este jueves se celebrará un nuevo consejo de vigilancia para marcar el calendario para decidir a su sustituto, pero la llegada provisional de Van Kote, según sus propias palabras, contribuyó a recuperar la calma y a pisar el acelerador en sus proyectos de actualización digital.

Las ventas del diario impreso representan el 83 por ciento de su cifra de negocio, pero el digital acapara el peso de los futuros cambios, tanto en su versión gratuita como de pago.

"La verdadera cuestión es si la gente está dispuesta a pagar una cantidad justa para acceder a una información de calidad, seria, honesta. Si lo está, estamos bien posicionados para responder a esa demanda. Si no, un medio como el nuestro en algún momento verá cuestionada su supervivencia", aventura su director.

Con una difusión media de 323.020 ejemplares, 21.000 números después de su fundación, el periódico cerró 2013 con pérdidas cercanas a los dos millones de euros.

Una nueva maqueta que fomenta el análisis en la versión "papel", el lanzamiento en 2015 de una versión digital africana y de un adelanto matinal para móviles, así como la fusión a finales de este año de la sociedad editora y la de la web en una misma estructura jurídica son algunas de las novedades para intentar superar el bache.

No aspira a perder, en cambio, el vínculo de confianza con sus lectores, a menudo quienes con más vehemencia le reprochan que se haya adaptado a los nuevos tiempos.

"Algunos tabúes han caído. Se puede lamentar, pero es difícil resistirse", concluye Van Kote sobre la publicación de noticias sobre la vida privada de los políticos. "Las cosas han cambiado. No te puedes poner orejeras y quedarte desconectado de nuestra época".

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