Crisis: Las cuatro lecciones no aprendidas de la muerte de Lehman Brothers

  • ¿Es Lehman Brothers una reliquia del pasado? Aunque la placa de su sede londinense será subastada el próximo 29 de septiembre en Sothebys, el impacto de quiebra del banco americano hace hoy dos años pesa aún en las economías mundiales. 
E.Utrera

A partir de 2.420 euros cualquier ciudadano del mundo afectado o no por la mayor crisis económica desde la Gran Depresión puede colgar en su caso la placa que anunciaba a Lehman Brothers en su sede de Londres.

Otra cantidad sensiblemente mayor, 700.000 millones de dólares -543.000 millones de euros- fue lo que el Gobierno estadounidense y la Reserva Federal tuvieron que poner encima de la mesa para rescatar a la banca de la primera economía del mundo.

Dos años después de la quiebra del icono de la crisis–para muchos fue un error histórico, que no se repetiría días después con el grupo asegurador AIG , que estaba igual o peor que Lehman- y del estaliido de la crisis subprime son muchas las asignaturas pendientes que tiene en su debe el sistema financiero internacional. Estas son las cuatro más representativas.

-La banca gana. A estas alturas de la película, el comité bancario de Basilea acaba de concretar el pasado fin de semana las medidas internacionales sobre capital y liquidez que, sobre el papel, deberían evitar que el sistema financiero volviera a enfrentarse a una situación de colapso. Unas normas menos exigentes que las del primer borrador de 2009 con el agravante de que no entrarán en vigor… hasta 2018.

Los nuevos plazos han tranquilizado a la banca y por lo tanto a los mercados. El sector tiene por delante siete largos años para adaptarse a la nueva realidad. Miel sobre hojuelas mientras muchos se preguntan si persiste el riesgo de nuevas quiebras en el sector financiero.

-Para los auditores, la vida sigue igual. Las agencias de calificación, las mismas que calificaban con la mejor nota las hipotecas basura de Lehman o la deuda de AIG cuando estaban al borde del colapso, han salido sin un rasguño de la crisis. Moodýs, Standard&Poor's y Fitch Ibca se reparten un negocio cautivo sin más requisitos que hace dos años.

Las peticiones institucionales de la Unión Europea para regular la actividad de las agencias de ráting y para la creación de un organismo que las supervise no han pasado de buenas intenciones. Un reglamento aprobado por Bruselas el año pasado dice en qué condiciones pueden operar las agencias y su régimen de supervisión pero, en la práctica , las firmas siguen decidiendo sin interferencias.

-El papel de los supervisores. En el segundo aniversario de la crisis de Lehman, Europa aún no dispone de un sistema de supervisión financiera integrado. Este mismo mes, se ha llegado a un acuerdo para la creación de tres nuevas autoridades de vigilancia de los bancos, las aseguradoras y los mercados. Debería entrar en vigor en 2011.

El acuerdo aún requiere de la aprobación definitiva, que podría producirse a finales de mes. Por el camino, y sin sistema de supervisión integrado, ya se han producido hitos en Europa como la publicación de los test de estrés.

-Cerco inútil a la especulación. Más allá de que fuera una buena idea –rara vez lo es poner puertas al mar en los mercados- la iniciativa de Alemania de prohibir las posiciones cortas al descubierto–es decir, vender títulos sin tener las acciones- sacó a la luz que en el Viejo Continente cada cual hace la guerra por su cuenta.

Ni la de la locomotora europea fue una acción concertada con sus socios, ni éstos se dieron por aludidos. El resultado es que el impacto de la medida fue sencillamente testimonial.

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