Los jesuitas celebran 200 años de su restauración


La Compañía de Jesús celebra este año dos siglos de su restauración con el objetivo de “conocer y aprender de la historia” y con el “subidón” que la elección del Papa Francisco ha supuesto para las vocaciones de esta congregación, que durante 41 años (1773-1814) desapareció casi por completo salvo un pequeño reducto en la no católica Europa oriental.
De todo ello se habló este miércoles en un encuentro informativo celebrado en la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, en el que intervinieron los jesuitas Alfredo Verdoy, profesor de Historia de la Iglesia de la citada universidad; Pascual Cebollada, coordinador del bicentenario de la restauración en España (que se celebrará en 2015), y Daniel Izuzquiza, director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado.
Verdoy destacó que estos dos siglos que han pasado desde la bula que restableció la compañía han sido “muy difíciles”, con nuevas supresiones y enfrentamientos con gobiernos de todo tipo. “Actualmente, la Compañía de Jesús trata de remar y salir adelante en medio de un mar muy proceloso donde no hay enemigos visibles pero sí invisibles, que se llaman secularización y relativismo”, dijo.
“Sentimos la secularización y el relativismo en nuestras propias vidas, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos”, añadió, y confesó que tener una decena de seminaristas todos los años sería “un sueño”, pues cada curso suelen tomar ese camino unos seis o siete novicios, que no llegan a sacerdotes por falta de cualificación y la exigencia del proceso que propone la compañía.
Comparando aquel periodo de cuatro décadas de desolación con la actual, el profesor matizó que “hoy la Iglesia no tiene enemigos declarados como tuvo en el siglo XIX y el XX. Si cabe hablar de ‘enemigos’ serían los mismos que tienen las grandes instituciones de las que formamos parte”, dijo en referencia al orden establecido, la familia, las empresas y la sociedad. “La Compañía de Jesús no se siente agobiada, perseguida ni presionada por nadie”, agregó.
A esa sensación ha contribuido, sin duda, la elección hace casi un año de un jesuita como Papa. Según Alfredo Verdoy, que Francisco sea el obispo de Roma “ha supuesto un subidón de aprecio a la vida religiosa y a la vocación” de los jesuitas.
APRENDER DE LA HISTORIA
El ‘efecto Francisco’ puede explicar que la afluencia a cursos de espiritualidad que organizan los miembros de la compañía se haya duplicado, según confirmó Pascual Cebollada, que también insistió en que los jesuitas tienen “que conocer y aprender” de su propia historia para no repetir errores.
Precisamente, el Papa, ha dado una serie de consejos a sus compañeros. “Al venir de dentro de la compañía es el que mejor nos conoce”, matizó Cebollada, que recordó la llamada de Francisco a tener “cuidado con el individualismo” y a estar “unidos a Jesucristo”. No ha habido “ningún tipo de triunfalismo” por que el nuevo Papa fuese jesuita. “No queríamos volver a 1773”, concretó este experto en la restauración de la Compañía de Jesús.
También tomó la palabra Daniel Izuzquiza, que abordó cuestiones más ligadas a la actualidad, como la labor que los jesuitas hacen con los inmigrantes. Por ello, en referencia a los recientes fallecidos en la costa de Ceuta, hizo un llamamiento a la sociedad: “Debemos entender que la inmigración está aquí para quedarse y que nuestra sociedad no puede entenderse sin ello”.
Así, aunque justificó el control de las fronteras por parte de los gobiernos, también llamó a hacerlo “de la mano de los derechos humanos”. “Queremos reforzar la hospitalidad; las vallas, las pelotas de goma y las concertinas levantan muros afectivos, crean más hostilidad que afectividad”, agregó. Y aunque reconoció que España sufre la crisis económica, pidió a la ciudadanía y a los gobernantes una mirada más amplia sobre el asunto.
El de la inmigración es uno de los ámbitos en los que trabajan los miembros de la compañía (aunque sus cuatro pilares son el apostolado social, las universidades, la educación secundaria y el área pastoral) y donde seguirán esforzándose siguiendo la recomendación de Francisco de acudir “a las periferias existenciales”. Y comparó la situación de crisis actual con la de las cuatro décadas de “zarandeo total” que vivieron los jesuitas hace dos siglos.
Durante este año y el próximo, que es cuando los jesuitas españoles cumplen el segundo centenario de su restauración, tendrán lugar numerosas actividades, bajo el lema 'Id, inflamad todas las cosas. Contagiad la vida', para difundir entre los más de 1.200 jesuitas que hay en España y entre la sociedad en general lo que ocurrió entre 1773 y 1814.

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