Lisboa, 18 dic.- Medio millar de trabajadores de los astilleros de Viana do Castelo, los mayores de Portugal, se manifestaron hoy en Lisboa ante la residencia del primer ministro, Pedro Passos Coelho, contra la concesión de la empresa.
En su octava marcha organizada desde el 2011, los operarios exigieron que se suspenda la cesión de los astilleros estatales a la empresa portuguesa Martifer, pues significará la disolución de la actual compañía y la pérdida de cientos de puestos de trabajo.
La concesión a partir de enero de los ENVC, siglas por las que se conoce a los astilleros, ha provocado un intenso debate en Portugal, donde el Gobierno defiende su cesión a privados para salvarlos, mientras que oposición y sindicatos se oponen por considerarla contraria a los intereses del país.
Los representantes de los actuales 609 trabajadores han insistido en que es posible que la empresa sea viable si se invierte en su modernización y si finalmente se ejecuta la construcción de dos buques asfalteros para Venezuela por valor de 128 millones de euros.
El Gobierno luso ya reservó 30 millones de euros para indemnizaciones de los operarios que quieran rescindir.
No obstante, la concesionaria Martifer prevé que la West Sea -nueva denominación de los astilleros a partir de enero del 2014- reclute parte de los actuales cuadros de los ENVC y genere 1.000 nuevos empleados especializados en el espacio de los próximos cinco años.
Martifer, una compañía de energías renovables y construcciones metálicas, pagará al Estado portugués hasta el 2031 unos 7 millones de euros por utilizar las actuales instalaciones los astilleros.
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