Los precios dejan sin excusas a Draghi para pasar a la acción

    • El IPC de la zona euro se modera hasta el 0,5% en mayo en la Eurozona y deja las manos libres al BCE para actuar el jueves.
    • Poner coto a las presiones deflacionistas vuelve a ser una prioridad para el BCE, que está recibiendo una presión extraordinaria.
Mario Draghi, presidente del BCE.
Mario Draghi, presidente del BCE.

Los mercados sólo tienen ojos para la reunión mensual del Banco Central Europeo (BCE) que se va a celebrar en apenas 48 horas. Ya en la cuenta atrás, la evolución de los precios está reafirmando las expectativas de los inversores, que esperan que el presidente Mario Draghi apriete por fin el gatillo y de rienda suelta a la salva de disparos que hasta ahora se ha guardado en el marcador.

En mayo, los datos de inflación en Alemania y la zona euro han hecho todo un ejercicio de debilidad. En la locomotora europea el IPC armonizado ha registrado un crecimiento interanual del 0,6% frente al 1,1% anterior y, lo que es más importante, muy por debajo del 1% que esperaba el mercado. Y en el conjunto de la zona, los precios se moderan hasta el 0,5% por debajo del 0,7% previo.

Por lo tanto, Draghi no podrá escudarse en los precios para justificar otra reunión mensual sin tomar las medidas adicionales de política monetaria que los mercados están descontando con intensidad en los últimos días. Poner coto a las presiones deflacionistas vuelve a ser una prioridad para el BCE, que está recibiendo una presión extraordinaria para mover ficha.

Los mercados esperan la reunión –su impacto es tal que ha absorbido cualquier tipo de efecto de los resultados de las elecciones europeas, que en algunos casos arrojan lecturas muy inquietantes- en ebullición. Dentro de casa, el Ibex se apuntó la semana pasada una subida superior al 3%, con la rentabilidad del bono muy claramente por debajo del 3% y la prima de riesgo en torno a los 140 puntos básicos.

¿Qué quieren decir estas cifras? Fundamentalmente, que si el BCE sigue amagando sin dar la bolsa española –que sube este año un 9%, sólo superada por Italia en el viejo continente- puede estar abocada a una importante corrección. Gran parte de la mejora del precio de los activos tiene que ver con que se está descontando con fuerza que el BCE va a dar el paso adelante que los mercados llevan reclamando muchos trimestres.

Hasta ahora, a Draghi le ha bastado con amenazar con actuar para tejer una gran red de seguridad sobre la zona euro. Un mecanismo de protección que ha permitido una compra masiva de bonos de los países que hasta no hace mucho estaban bajo sospecha, como España e Italia. Tan potente ha sido el movimiento, que el BCE ya ha advertido de que hay riesgo de burbuja en la deuda soberana de la Eurozona.

Por lo tanto, el objetivo número uno ahora es apuntalar el crecimiento en la zona. El BCE baraja varias alternativas. Desde una rebaja de tipos desde el actual mínimo histórico del 0,25% pasando por cobrar a los bancos por mantener su liquidez en la institución, con el objetivo de que el crédito vuelva al sistema a buen ritmo. Y, cómo no, el esperadísimo programa de compra de activos a imagen y semejanza de la Reserva Federal que sería el mejor regalo para los inversores.

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