Los recortes y la huelga ahogan a los mineros del carbón

  • Después de 65 días de huelga, los mineros aragoneses volvieron el pasado 1 de agosto a las explotaciones de carbón como un "gesto de buena voluntad" de cara a las negociaciones con el ministerio y también para frenar el ahogo que para algunas familias estaba suponiendo llevar más de dos meses sin cobrar.

Elisa Alegre

Teruel, 5 ago.- Después de 65 días de huelga, los mineros aragoneses volvieron el pasado 1 de agosto a las explotaciones de carbón como un "gesto de buena voluntad" de cara a las negociaciones con el ministerio y también para frenar el ahogo que para algunas familias estaba suponiendo llevar más de dos meses sin cobrar.

Setenta de estas familias han tenido que recurrir a la línea de crédito habilitada por la Caja Rural de Teruel por la que la entidad adelantaba doce mensualidades sin intereses, como explica a Efe el secretario de la federación de industria de CCOO en Aragón, Antonio Herrero.

Los hogares en los que sólo entra el salario de los mineros han afrontado con dificultad este periodo, puesto que habrán pasado tres meses sin nómina cuando reciban el ingreso del sueldo de agosto.

Las movilizaciones han llevado a los mineros aragoneses a manifestarse en sus localidades, en Teruel, en Zaragoza y en Madrid, en varias ocasiones.

A estas dos últimas ciudades llegaron en marchas a pie para pedir al gobierno de España que no llevara adelante los recortes en las ayudas, que se cifran en más de un sesenta por ciento y que, aseguran, suponen acabar con el sector.

Precisamente estas marchas han sido lo más duro para los mineros, porque han supuesto estar separados de sus familias durante muchos días.

"Habrá gente que estará acostumbrada, pero para mí estar separado de mi familia 16 días cuando fuimos a Madrid fue muy duro, hubo incluso gente que no aguantó", recuerda a Efe Francisco Montull, minero de Mequinenza que realizó la "marcha negra" a Madrid.

Evoca con afecto el cariño que les mostró la gente durante su recorrido, de muchas personas que, sin conocerlos, de nada les ofrecieron su ayuda y rememora con emoción la entrada a Madrid, cuando la columna aragonesa se unió a la de los mineros del norte.

"Nadie podíamos imaginar el recibimiento que tuvimos después de tantos días, la cantidad de gente que había y el poco caso que han hecho en Madrid", recuerda Montull.

Esa unión y el compañerismo es lo que destaca Francisco de tantos días de protesta, aunque la separación también la haya acusado su mujer, Mayte, que no obstante se muestra contenta porque tiene trabajo y por ello el matrimonio, con dos hijos, no ha tenido que acogerse a la línea de crédito.

"Ni vacaciones ni lujos, comprar lo justo y mirando cada céntimo" han pasado estos meses, como recuerda Mayte.

La mina de interior en la que trabaja Francisco en Mequinenza podría comenzar a tramitar un ERE este año si no llegan las ayudas, según les ha explicado la empresa.

El compañerismo y la solidaridad durante estos días se han reflejado en iniciativas como la "caja de resistencia" impulsada por las mujeres de Ariño, que a través de rifas y la venta de pulseras han recaudado dinero para ayudar a las familias con dificultades y sufragar los gastos de las movilizaciones.

Tampoco la familia del minero de Ariño Juan Martínez ha tenido que acudir a esta línea especial, porque su mujer, Eva, trabaja y tenían ahorros, pero recuerda que para muchas familias estar tres meses sin cobrar les ha puesto en una situación difícil.

Para Juan lo peor de estos meses es que después de tanto esfuerzo no se ha conseguido nada: "Ya no nos queda nada por hacer y a veces se te pasa por la cabeza hacer alguna gorda pero al final lo pagaríamos los trabajadores". EFECOM

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