Manel Prat, un fiel de CDC que creció de la mano del conseller Felip Puig

  • El controvertido director de los Mossos d'Esquadra Manel Prat, que hoy ha presentado su dimisión, es un joven ejecutivo -nació en 1972- que ha crecido dentro de CDC de la mano del conseller Felip Puig y que ha ocupado diferentes cargos en la administración catalana gobernada por CiU.

Barcelona, 27 may.- El controvertido director de los Mossos d'Esquadra Manel Prat, que hoy ha presentado su dimisión, es un joven ejecutivo -nació en 1972- que ha crecido dentro de CDC de la mano del conseller Felip Puig y que ha ocupado diferentes cargos en la administración catalana gobernada por CiU.

Licenciado en Geografía e Historia y con varios cursos de posgrado en ESADE, IESE y UOC, Prat llegó a la dirección de los Mossos d'Esquadra porque el ex alcalde de Lloret de Mar, Xavier Crespo, decidió a última hora no aceptar el cargo de Secretario de Seguridad que había dejado Joan Delort, y el entonces conseller de Interior, Felip Puig, le designó director político de los Mossos.

Hasta entonces, Prat fue el gerente del 'Centro de Estudios Jordi Pujol' y anteriormente jefe de gabinete de Puig entre 2002 y 2003.

Entre 1997 y 2000 fue responsable de relaciones institucionales de la Junta de Saneamiento y entre 2000 y 2002 jefe de relaciones institucionales de la Conselleria de Salud, cargos en los que se bregó dentro de la administración autonómica.

Durante los más de tres años en los que ha dirigido a la policía catalana se ha visto salpicado por la gestión que ha hecho de algunas operaciones policiales controvertidas.

La primera de ellas el desalojo de la plaza de Cataluña tras la acampada de los "indignados" del 15M, el día 27 de ese mes, aunque en aquella ocasión fue el conseller Felip Puig el que asumió el desgaste público de la actuación policial.

Prat tuvo que lidiar durante sus dos primeros años al frente de la dirección política de los Mossos d'Esquadra también con el defectuoso dispositivo policial del cerco al Parlament del 15-J, las manifestaciones de estudiantes o las huelgas generales.

De hecho, Prat llegó a estar imputado por las cargas policiales del desalojo de los indignados de la plaza de Cataluña el 27M, en una causa que el juez acabó archivando.

Defensor junto a Puig de la política de "tolerancia cero" contra los alborotadores, Prat fue uno de los máximos avalistas de la web de delación, pionera en España, que activó Interior para que los ciudadanos ayudaran a identificar a los sospechosos de la violencia callejera durante la huelga general del 29M.

Un mes después de su activación, Interior acabó retirando la web, que había despertado recelos de los juristas, que dudaron de su legalidad y constitucionalidad.

Cuando Ramon Espadaler sucedió a Felip Puig al frente de la consellería de Interior decidió mantener a Prat como director general de la Policía.

Aunque hoy ha negado que el caso de Esther Quintana, donde los mandos de los Mossos dieron informaciones erróneas y contradictorias, haya sido la causa de su dimisión, esta polémica es la que más le ha erosionado políticamente, hasta el punto que ERC, que apoya parlamentariamente al Govern, ha pedido su dimisión formalmente.

También la gestión de la polémica generada por la muerte del empresario Juan Andrés Benitez tras ser reducido por la fuerza por varios agentes de los Mossos d'Esquadra -10 de ellos imputados-, le costó numerosas críticas.

Además, la falta de sintonía con el conseller Espadaler, que hoy no ha comparecido para acompañarle en el anuncio de su dimisión y agradecerle los servicios prestados, han acabado por decidir su "dimisión irrevocable".

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