Un informe estima que con más formación más de 300.000 personas saldrían del paro

Formación para el empleo, ése es el epígrafe bajo el que cada año las administraciones públicas gastan miles de millones de euros en cursillos para desempleados o para ocupados que simplemente quieren mejorar su perfil profesional...

Sin mucho éxito a juzgar por los resultados del Informe PIACC, una especie de Informe PISA que evalúa la capacitación de los trabajadores en los principales países desarrollados, y que sitúa a España en el furgón de cola de las economías más potentes del mundo, muy por debajo de la media UE y de la media OCDE, y en un rango que el informe define como medio-bajo.

Y ese nivel de capacitación explica muchas cosas, desde los sueldos que se pagan en los diferentes países hasta los niveles de empleo e incluso las tasas de paro.

Tal vez por ello los investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) han querido estimar el efecto económico que tendría una mejora generalizada del nivel de capacitación de la población española.

Los resultados obtenidos les llevan a afirmar que un plan de choque de esa naturaleza "tendría efectos agregados positivos impulsando la tasa de actividad, la productividad y reduciendo el paro".

¿En qué medida? Pues según sus estimaciones se podría elevar hasta un 9,5% la productividad de la economía y reducir hasta en 300.000 personas la cifra de parados.

Según sus proyecciones, un plan de formación que mejorara la capacitación de solo un 1% de las población española (más o menos lo que hace cada año la Fundación Tripartita con el presupuesto del Estado para formación) debería servir para sacar del paro a 18.000 personas, además de lograr un incremento de la productividad del país del 0,6%.

Si el plan fuera algo más ambicioso y se centrara en mejorar el nivel formativo del 5% de la población, la reducción de parados sería ya de 60.000 y la ganancia de productividad superior al 3%.

Pero si el Gobierno se liara la manta a la cabeza y lanzara un macroplan de formación para el 15% de la población activa -cuatro millones de personas- el impacto sería tremendo. Cerca de medio millón de personas se incorporarían al mercado laboral, la lista de paro se reduciría en 300.000 personas y la ganancia de productividad se aproximaría al 10%.