María Tena dice que el pabellón español sufre "contradicciones" en época de crisis

Madrid.- El Pabellón Español de la Exposición Universal de Shanghái 2010 sufre de "contradicciones" en una época de crisis, donde una política de "transparencia y austeridad" debe gestionar ahora un espacio que nació de forma ambiciosa, ha explicado su comisaria, María Tena.

"Las actividades relacionadas con la feria se plantearon en un momento de bonanza, que no es el actual, lo cual alguna vez nos hace caer en algunas contradicciones, porque tenemos un pabellón grandioso pero, por ejemplo, no podemos ofrecer catas de vino", ha señalado María Tena en una entrevista con Efe.

Tena, que se ha trasladado a Madrid para asistir a la presentación del libro "Viaje a Xibanya", uno de los proyectos más ambiciosos que surgieron alrededor de la participación española en la Exposición Universal, ha destacado "el éxito" que esta inversión en China está teniendo y la "enorme responsabilidad" de su gestión.

"Tenemos una cifra media de 50.000 visitantes diarios, siendo normalmente el tercer pabellón más visitado en los recuentos oficiales, por detrás del pabellón chino y del estadounidense, lo cual es espectacular. Además la mayoría de los visitantes son chinos", ha destacado.

En cuanto a las preferencias de los contenidos, Tena destaca el enorme éxito de la sala de Bigas Luna, especialmente de la "bailaora" de flamenco, en un espacio que ensalza "los tópicos españoles: jamón, flamenco, aceite y toros"; todo un "reclamo" para visitantes que vienen buscando eso y que "se van con mucho más".

Pero el pabellón tiene una estrella indiscutible, Miguelín, su emblemático bebé gigante, que triunfa en un país "donde la política del hijo único hace que la devoción por los niños sea intensa", destaca Tena.

"Hay visitantes que corren por el pabellón para llegar a Miguelín", asegura.

Por su parte, son los asistentes europeos los que mejor "entienden" la zona creada por el cineasta Basilio Martín Patino, que "habla de la transición" mezclando imágenes en blanco y negro con fotografías en color de la España actual.

"No queremos imponer nuestras ideas en China sino mostrar lo que nos ha traído la democracia y cómo ha funciona la transición para nosotros, no hablamos de transición para nada pero la estamos mostrando", ha dicho María Tena.

La estructura de mimbre del pabellón español "ha conectado" con el pueblo chino, según Tena, que añade que se ha conseguido dar una imagen "artesanal y tecnológica" de un país "con mucha historia", pero capaz de hacer un obra de arte "con una gran fuerza industrial".

Con el intercambio comercial como "objetivos prioritario" de la participación española en la feria, desde el pabellón se busca que los visitantes sean también "hombres de negocio", para potenciar el "conocimiento mutuo", que es el fin último de la experiencia en Shanghai.

"Hacen negocios como nosotros, necesitan entablar primero una relación de amistad y confianza, para lo que salen a comer juntos; estando allí se pueden ver las enormes similitudes que tenemos con China, aunque no lo parezca", resalta.