Miles de hongkoneses piden su derecho al voto tras 15 años de control chino

Isabel Fueyo

Hong Kong, 1 jul.- Decenas de miles de personas pidieron hoy, en la ya tradicional marcha del 1 de julio en Hong Kong, el sufragio universal y la dimisión del recién elegido presidente del gobierno de la isla, en el día que se cumplen 15 años de la cesión de la antigua colonia británica al gobierno de China.

Según el Frente de los Derechos Humanos Civiles, organizadora responsable de la manifestación, la cifra de asistentes ha superado a la del pasado año, que llegó a los 218.000 según sus propios datos, a la espera de la estimación por parte de las autoridades.

En la marcha, que recorrió varios kilómetros de las principales calles de Hong Kong, se pedía la dimisión del presidente del ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, quien juró su cargo como nuevo mandatario horas antes y en presencia del presidente de China Ju Hintao, tras una ruidosa campaña electoral en medio de protestas ciudadanas reclamando más poder social.

Se veían pancartas en las que se acusaba a Pekín de generar una masacre en la plaza de Tianamen en 1989 y otras en las que se exigían explicaciones a China sobre la muerte del disidente Li Wangyang el pasado mes de junio.

Cuatro horas antes de que comenzara la marcha que se celebra desde 2003, el presidente de China abandonaba Hong Kong tras dos días de visita oficial, con motivo del 15 aniversario de su cesión al gobierno central.

Quince años después de la entrega de la colonia china, Hong Kong, una de las economías más estables del mundo, hace frente a cada vez más amplias brechas sociales, algunas de ellas con sus vecinos de la parte continental.

Hong Kong culpa a sus vecinos de ser los causantes de la subida frenética del precio de la vivienda, fenómeno que coincide en tiempo con la línea ascendente que sigue la economía china.

A ello se suman datos del propio gobierno local que reflejan que la diferencia salarial en Hong Kong ha alcanzado su máximo el pasado año desde 1971, la brecha entre ricos y pobres es mayor que en Estados Unidos o Inglaterra.

La penetración de China en el quehacer diario de Hong Kong es cada vez más patente, el número de visitantes venidos de la parte continental ha pasado de los 12 millones en 2004 a los más de 28 millones en 2011, según datos de la oficina de turismo de Hong Kong.

Pero la cada vez mayor afluencia de chinos a la antigua colonia británica es percibida también como una amenaza al tejido socio económico de Hong Kong por parte de sus ciudadanos.

Un ejemplo de ello es el hecho de este año profesionales de la sanidad pública denunciaran abiertamente sentirse desbordados en sus competencias y disponibilidad de espacio ante el elevado número de embarazadas chinas que acudían a dar a luz al otro lado de la frontera en busca de mejores garantías médicas.

Esta puesta a prueba del sistema sanitario de Hong Kong también se percibió en su sistema educativo por el deseo de miles de padres chinos de matricular a sus hijos en las escuelas públicas de la isla.

La defensa de la identidad única de Hong Kong respecto a China, reflejada en su lengua, cultura y su estructura social no es algo tan reciente, según señaló a Efe José Martino, presidente de la Cámara de Comercio de España en Hong Kong, y residente en la isla asiática desde 1991.

Hace 15 años a las puertas de que el gobierno inglés cediera el control de la soberanía de Hong Kong había un latente rechazo al inglés y a cualquier connotación anglosajona, la gente se sentía China", una situación que, a su juicio, parece repetirse ahora pero volviendo ese rechazo hacia el gobierno del gigante asiático.

En 1997 la sociedad estaba contenta por dejar de ser una colonia para darse cuenta años después de que en realidad tan sólo de que el gobierno británico ha sido reemplazado por el chinos, añadió en este sentido Kapai.

La gente de Hong Kong creía que era superior a la de la parte continental por su situación económica privilegiada, la libertad de expresión de la que disfrutaban, sus contactos internacionales, su constitución... sin embargo las cosas han dado un giro de 180 grados", explicó a Efe Daniel Li, ciudadano de Hong Kong.