Ojo con los carteristas en los aviones

  • Cuidado con dormirte en el avión. Muchos pasajeros se confían al estar en un lugar cerrado y sin salida mientras permanecen en el aire. Pero ha habido varios casos en los que han desaparecido desde pasaportes hasta 4.000 euros en efectivo en pleno vuelo. Lo peor de todo es que aunque te des cuenta en pleno vuelo, la tripulación apenas puede hacer algo para ayudarte a localizar al ladrón.
Mildrade Cherfiels | GlobalPost

(París, Francia). Cuando Gregory Hendricks se dio cuenta en un vuelo entre Washington y París que le faltaba el pasaporte de su mujer, ya era demasiado tarde. Tan pronto como llegaron al aeropuerto Charles de Gaulle fueron escoltados a través de la zona de control y obligados a embarcar de vuelta a casa.

Pero la verdad es que los hurtos a bordo de un avión son bastante más frecuentes de lo que la gente se imagina. Y aunque ningún gobierno u organismo maneja datos oficiales al respecto, no cuesta mucho encontrarse con numerosos ejemplos.

El mes pasado, cinco pasajeros que viajaban en clase business entre Tokio y París en un vuelo nocturno descubrieron que les habían robado 4.000 euros en efectivo. Ahora la Policía está llevando a cabo una investigación.

El próximo abril, Cyrus Shepherd-Oppenheim, hijo de la actriz de televisión Cybill Shepherd, responderá ante la justicia por un robo a bordo de un avión. El joven de 22 años fue arrestado el mes pasado y acusado de sustraer dinero, una cámara digital y otras pertenencias del equipaje de mano de otros pasajeros durante un vuelo entre San Francisco y Filadelfia.

"En un avión, existe un falso sentimiento de seguridad", explica Steven Frischling, pasajero frecuente y autor de un blog sobre el tema. "La gente se siente segura porque está confinada en un tubo de metal. Qué podría suceder", pregunta.

Una portavoz de Air France declara: "Los pasajeros son los únicos responsables de que nadie les abra su equipaje". La empresa sostiene que este tipo de incidentes son "rarísimos""si se tiene en cuenta que realizan 1.700 vuelos y transportan 150.000 pasajeros diariamente.

Según Paul Sireci, jefe de la Policía del aeropuerto de Tampa (EEUU), se realizan seguimientos de los casos en las ciudades de destino y se comparte información. En 2008, su departamento redactó informes sobre siete casos, de los 131 en todo el aeropuerto.

Cómo lo hacen

Frischling señala que ha establecido contacto anónimo con algunos ladrones que se ganan la vida robando en aeropuertos. "Hay un método específico para hacerlo", asegura. Los ladrones a bordo de un avión, explica, normalmente facturan 24 horas antes y escogen un asiento en la parte trasera del avión. Prefieren los pasillos y son capaces de fingir algún problema de salud para embarcar primero.

De esta forma, observan quién pone qué, dónde y cómo en los compartimentos superiores. ¿Ponen la cremallera hacia dentro o hacia fuera? ¿Cuáles llevan llave? ¿Los portátiles también van en el compartimento superior?

El ladrón también podría ser el compañero de asiento. Fue la sospecha de Paula Patrice, modelo y actriz, que se levantó para ir al baño y cuando regresó le habían sustraído 350 dólares (259 euros) de su bolso de Louis Vuitton. Pese a que sabía que el dinero estaba allí hacía un momento, se encontró sin efectivo para pagar los cinco dólares que le habían cobrado por una bebida. "Me surgieron sentimientos enfrentados, así que no hice nada. Me pareció que no me quedaba otra salida".

Patrice, que viaja con frecuencia, tampoco quiso crear un incidente a bordo o acusar a su compañero de asiento sin tener pruebas. "No se llevó la cartera, así que ¿cómo podemos identificar el dinero?", se pregunta.

Hendricks señala que recuerda que un hombre de la parte trasera del avión abrió el compartimento superior buscando algo. En ese momento, "pensé que no había espacio allí arriba", pero no dijo nada.

Los pasajeros normalmente son demasiado educados como para mirar desconfiadamente o decir algo, explica Frischling. Los ladrones tienen muy claro lo que buscan: carteras, móviles, cámaras y aparatos electrónicos pequeños que se puedan vender en eBay o en una casa de empeños, dice Frischling.

Los pasaportes normalmente no son su primera prioridad, ya que es cada vez más difícil falsificarlos. Hendricks explica que después de informar a la tripulación sobre el pasaporte extraviado, creyó ingenuamente que cachearían al resto del pasaje al abandonar el avión. "Pensé que detendrían a cada uno antes de que desparecieran". Las azafatas sólo buscaron en la cabina y le pidieron disculpas.

Lección aprendida

Patrice dice que ahora mantiene "separado el dinero para el viaje". Los Hendricks también aprendieron una valiosa lección. Desde aquel incidente en 2006, llevan el pasaporte "en esos bolsillos que se cuelgan al cuello y que van bajo la camisa".

El seguro de viaje que habían comprado en esa ocasión no les protegía en caso de robo a bordo. Y las llamadas telefónicas al consulado de Estados Unidos en París un domingo fueron "como encontrarse con una de esas grabaciones de hospital que dicen: 'si esto es una emergencia, abrimos mañana".

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