España ha vuelto a salir airosa de una prueba de fuergo en los mercados. Hoy, el Tesoro Público ha adjudicado 4.129 millones de euros en obligaciones a diez y treinta años, una cantidad dentro de la horquilla prevista que fijaba un máximo de 4.500 millones. Y, además, ha logrado reducir los interes que paga a los inversores.
En concreto, ha pagado una rentabilidad del 5,179% por colocar las obligaciones a 10 años. Es decir, un 0,8% menos que en la anterior subasta de este tipo de papel, celebrara el pasado 17 de febrero.
En el caso de las obligaciones a 30 años, la rentabilidad ha sido del 5,891%, lo que supone un descenso del 1,4% respecto al tipo de interés que pagó en la ocasión precedente.
Además, según datos de mercado, el ratio de cobertura (que mide la proporción entre demanda y capital adjudicado) ha superado las expectativas, ya que las entidades solicitaron cerca de 7.700 millones de euros.
En la última subasta de obligaciones a diez años, el 17 de febrero, el Tesoro adjudicó 2.468 millones con un interés del 5,220%, 26 puntos básicos por debajo de la anterior puja. Ese día, también adjudicó 997 millones de euros a treinta años con un interés marginal del 5,976%, superior al 5,50% de la subasta precedente.
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