Parlamentarios irlandeses desean forzar un referendo sobre el tratado europeo

  • Un grupo de parlamentarios independientes irlandeses tratará de forzar a su Gobierno a que convoque un referéndum para ratificar el nuevo tratado de la Unión Europea (UE) sobre disciplina fiscal.

Dublín, 1 feb.- Un grupo de parlamentarios independientes irlandeses tratará de forzar a su Gobierno a que convoque un referéndum para ratificar el nuevo tratado de la Unión Europea (UE) sobre disciplina fiscal.

Su plan de acción prevé recurrir una ley nunca utilizada antes que permite presentar al presidente de la República, el laborista Michael D. Higgins, una solicitud instándole a usar uno de los pocos poderes que tiene ese cargo, principalmente representativo.

Si esa petición es respaldada por al menos un tercio de los 166 diputados que forman la Cámara Baja de Dublín (Dáil) y la mayoría de los 60 senadores de la Cámara alta (Séanad), el presidente puede negarse a ratificar cualquier ley hasta que sea aprobada en una consulta popular.

La redacción de la solicitud correrá a cargo del parlamentario independiente Thomas Pringle, quien reconoció hoy que, para que la iniciativa salga adelante, necesitará los votos de algunos miembros del conservador Fine Gael y del Partido Laborista, socios en el Ejecutivo de Dublín.

El Gobierno envió este martes a la oficina del fiscal general del Estado el texto del citado tratado de la UE para que determine si su contenido ha de ser aprobado en referéndum por el electorado irlandés.

La fiscal Máire Whelan debe examinar este texto para concluir si la adhesión de Irlanda modificaría la Constitución nacional, en cuyo caso el Ejecutivo está obligado a celebrar una consulta popular.

El Gobierno de Dublín confía en que muchas de las nuevas medidas recogidas en el tratado se vean ya amparadas por la legislación europea vigente, lo que reduciría las posibilidades de convocar un incómodo plebiscito.

A este respecto, el primer ministro irlandés, el conservador Enda Kenny, se vio hoy obligado a negar en el Dáil que su equipo negociador, junto a sus colegas comunitarios, redactaron cuidadosamente el texto del tratado para evitar la celebración de un referéndum en Irlanda.

En el pasado, el condicionante constitucional irlandés ha dado serios quebraderos de cabeza a Bruselas.

El electorado irlandés rechazó en 2008 en una consulta popular el Tratado de Lisboa, aunque un año después dio el "sí" a un texto modificado.

Lo mismo sucedió en 2002, cuando los irlandeses aprobaron en las urnas el Tratado de Niza, después de haberlo rechazado un año antes.

El diputado Pringle indicó hoy que espera conseguir el apoyo de sus colegas independientes, de la Alianza de Izquierda Unida (ULA) y de los partidos Sinn Féin y Fianna Fáil, lo que le dejaría a tres votos de los 55 que necesita para forzar la intervención del presidente irlandés.

Tanto el Fianna Fáil como el Sinn Féin, tercera y cuarta formación nacional, respectivamente, han expresado su deseo de que el electorado se pronuncie en un referéndum.

En el Séanad, el apoyo de los independientes y de estos dos partidos sería suficiente para llegar a la mayoría simple de 31 votos.

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