Perder en bolsa tiene ventajas: reduce tu factura fiscal

Las plusvalías –es decir, las ganancias- que generan las inversiones bursátiles cuando se venden, tributan en la declaración de la renta del ejercicio 2010 entre un 19% y un 21% según el nivel de renta.

Pero si hemos vendido acciones o fondos de inversión con pérdidas, podemos evitar el que el fisco se lleve la totalidad de los al menos 19 céntimos de cada euro ganado en las inversiones en las que sí hemos tenido éxito.

Por ejemplo, si un inversor obtiene una ganancia de 6.000 euros con la venta de acciones de Telefónica y ha perdido 3.000 en un fondo de inversión, la base imponible es la resta de los dos. Es decir, 3.000 euros a los que hay que aplicar el tipo del 19%. O, lo que es lo mismo, 570 euros.Si sólo tributarán las plusvalías generadas por la inversión en Telefónica, el impacto fiscal sería de 1.140 euros.

¿Ayuda el escenario? Por ejemplo, el Ibex 35 bajó un 17,4% el año pasado. Por lo tanto, son muchos los inversores que han vendido asumiendo importantes pérdidas, bien porque no querían soportar nuevas caídas, bien porque necesitaban liquidez.

Por lo tanto, son muchos los que van a reflejar en la declaración de la renta las pérdidas sufridas con la esperanza de poder compensarlas con plusvalías más adelante. Para ello hay un plazo de cuatro años (además del ejercicio en el que se materializan las pérdidas), por lo que la declaración de 2010 es la última oportunidad para compensar minusvalías declaradas en 2006.

Cuestión de oportunidad

Sin ir más lejos, la bolsa española está subiendo en 2011. Aunque no hay seguridad alguna de ganar, sí existe al menos la expectativa de generar una plusvalía que compense los números rojos acumulados.

"Una vía para obtener ganancias patrimoniales que puedan compensarse con las pérdidas sería la inversión en un fondo de inversión garantizado. Está blindado contra las pérdidas y asegura una rentabilidad determinada en ciertos suspuestos. Sus plazos permiten aprovechar los períodos de compensación que ofrece la norma. Su venta generaría una ganancia que permite compensar pérdidas obtenidas", asegura Diego de Miguel, del departamento tributario de CMS Albiñana & Suárez de Lezo.

Pero sacar el mayor partido fiscal a las acciones no es tan sencillo. La ley impone limitaciones a los especuladores. Es decir, que impide que se computen las pérdidas por la venta de acciones si se compraron estos mismos títulos u otros valores homogéneos dos meses antes o dos meses después del momento de su enajenación. No hay lugar por lo tanto para los oportunistas.

En esos casos, a efectos fiscales es como si la acción no se hubiese vendido.

En cualquier caso, como señala De Miguel, la clave para un inversor medio está en "invertir en productos  generadores de ganancias patrimoniales y en aprovechar los períodos de compensación que ofrece la norma si se tiene expectativa de generar ganancias, algo muy difícil de prever en estos momentos".