"No soy una reportera de zona de guerra. Yo no estaría allí si no hubiera sido mi país natal," dijo antes de aceptar el premio instituido por la asociación Global Media Forum, organización sin fines de lucro de formación periodística, y la filial estadounidense de Reporteros sin Fronteras (RSF) junto a la Agencia France-Presse (AFP).
"Volví porque soy siria. Y pertenezco a mi patria", aseguró Erhaim, quien estudió en Londres antes de volver a su país.
Erhaim, que vive y trabaja en Alepo -ciudad arrasada por la guerra iniciada hace más de cuatro año- ha capacitado a cerca de 100 ciudadanos como reporteros en el interior de Siria, aproximadamente un tercio de ellos mujeres, en periodismo escrito y de TV, y les ayudó a desarrollar periódicos y revistas independientes en el país.
La profesional, de 30 años, es coordinadora del proyecto sirio para el Instituto para Reporte de la Guerra y la Paz (IWPR), una organización internacional que apoya a los periodistas en países en conflicto y resultó ganadora del Mackler como reconocimiento a su arrojo y la ética en el ejercicio de la profesión.
Subrayó que ha estado entrenando a otros porque "quería ayudar a mis colegas periodistas y ciudadanos. Siento la responsabilidad de completar algo por lo que mis colegas y amigos han muerto. Murieron para que el mundo vea lo que está pasando".
El conflicto en Siria, desencadenado por la represión sangrienta de manifestaciones pacíficas contra el régimen, ha provocado más de 240.000 muertos desde marzo de 2011, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
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