España dará el permiso de residencia a los extranjeros que abran un negocio en el país

    • El Gobierno sopesa la creación de un pasaporte al emprendimiento que facilite la entrada al país de emprendedores de países no comunitarios.
    • Éstos deberán acreditar una inversión mínima, solvencia financiera y la capacidad de sus proyectos para generar empleo.
El Gobierno sopesa dar el permiso de residencia a los extranjeros no comunitarios que quieran abrir un negocio en España.
El Gobierno sopesa dar el permiso de residencia a los extranjeros no comunitarios que quieran abrir un negocio en España.
Bruno Pérez

Comprar una vivienda de más de 160.000 euros podría no ser la única vía extraordinaria para obtener un permiso de residencia en España. El Gobierno está sopesando también la posibilidad de facilitar la entrada en el país a los emprendedores extracomunitarios que decidan abrir un negocio en España.

La iniciativa se denomina pasaporte al emprendimiento y está siendo estudiada por los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía y Comercio y Empleo, en el marco de los contactos interministeriales para la elaboración de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven.

Su objetivo sería suavizar los trámites de entrada al país para los emprendedores de fuera del área UE (dentro de la Unión hay libertad total de circulación de trabajadores) que quisieran iniciar un negocio en territorio español.

Lógicamente, la voluntad de emprender una aventura empresarial no sería suficiente para obtener dicho pasaporte, sino que el Ejecutivo exigiría una serie de requisitos específicos para concederlo.

En concreto, los últimos borradores manejados por el Gobierno hablan de acreditar "la implantación de actividades económicas de inversión debidamente documentadas, con impacto socioeconómico relevante y capaces de generar puestos de trabajo".

Las fuentes gubernamentales y de los agentes sociales consultadas aseguran que se trabaja sobra la base de exigir una inversión mínima, la acreditación del crédito o cualquier otro mecanismo financiero que permitirá abordar esa inversión y la documentación del plan de negocio y de los empleos que se generarían según el desarrollo de éste, "aunque es un asunto que todavía está muy verde", advierten.

De hecho, los documentos elaborados hasta ahora en relación a este pasaporte al emprendimiento no terminan de aclarar si la obtención de éste dará derecho simplemente a un permiso de trabajo o también a un permiso de residencia, ni las condiciones para acceder a éste último.

Según la legislación vigente, para poder trabajar en España un ciudadano extracomunitario necesita una autorización específica, debe solicitarla desde su país de origen y debe ir acompañada de una oferta de empleo, cuya duración temporal determinará también el periodo de vigencia del permiso.

Una 'moda mundial' para atraer talento

Si el Gobierno se decide finalmente a implantar este pasaporte al emprendimiento seguirá la estela de otros países como Estados Unidos, Reino Unido, Chile o Canadá, que han desarrollado instrumentos similares como mecanismo para facilitar la atracción de talento extranjero.

El principal rasgo diferencial de los pasaportes creados hasta el momento es la inversión mínima exigida, que ofrece también información sobre el perfil de emprendedores que cada país está dispuesto a acoger.

Estados Unidos, por ejemplo, niega su visado a los emprendedores que no garanticen una inversión mínima de 250.000 dólares (algo más de 190.000 euros); y Reino Unido sitúa ese límite aún más arriba, en las 200.000 libras esterlinas (unos 230.000 euros), antes de conceder un permiso de trabajo.

Las fuentes consultadas aseguran que, en ningún caso, la inversión mínima exigida en España sería tan elevada, aunque se niegan a ofrecer una cifra concreta o un rango.

La principal referencia que podemos encontrar al respecto es el capital semilla medio invertido en los proyectos emprendedores registrados en España.

Según el Global Entrepeneurship Monitor en España (GEN), elaborado por la Fundación Xavier de Salas y patrocinado por el Ministerio de Economía y Comercio, en 2011 el capital medio invertido por los emprendedores para la puesta en marcha de un start-up fue de unos 30.000 euros, estando en 20.000 euros la inversión de capital más habitual en este tipo de proyectos. Bien podría ser éste el capital mínimo que se pusiera como referencia para obtener este nuevo pasaporte.

Escaso espíritu emprendedor

El pasaporte al emprendimiento también puede suponer un acicate para el espíritu emprendedor de los españoles, algo adormecido.

Según el último balance del GEN, la tasa de emprendimiento en España (número de emprendedores sobre población activa) apenas alcanza el 5,8%, mientras que la de los inmigrantes residentes en territorio español es de casi el doble: 11%.

La crisis ha ofrecido una evolución curiosa del emprendimiento. El inicio de la crisis generó una contracción de la actividad emprendedora en España, alimentada por el cierre de pequeñas empresas pero también por otros factores, que no se ha dado la vuelta hasta el año 2011, en el que por primera vez en toda la crisis la tasa de emprendimiento repuntó pese a no alcanzar todavía los niveles precios al desplome de 2008.

Según los expertos, la atracción de emprendedores foráneos puede tener efectos positivos sobre la inclinación a emprender de los españoles, especialmente si la legislación incentiva la vinculación de los proyectos que vengan de fuera con otros incipientes de España.

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